La luz alumbraba una pequeña parte de el bosque y la intriga por saber era grande. Llegué una pared de rocas impedía el paso, pero ya no brillaba, era como si la hubiera tragado la tierra.
Observé como la luz volvía a brillar pero, alado de la roca gigante, - cerré mi puño y toqué la roca un par de veces, estaba gueca. Tomé muchas fuerzas e iba moviendo poco a poco la gigantesca piedra, el destello volvía a billar más, algo tenía que estar atrás de esto. Usé el último aliento de fuerza y la roca se movió completamente.
Me cegó por unos momentos de, era muy fuerte, poco a poco mi vista se iba acostumbrando. Era... -¿Era un bosque? - estaba tan indignada, ¿tanto esfuerzo solo para que detrás de esa gigantesca roca estuviera el otro pedazo de bosque?- Tsk, igual que pierdo en entrar - me adentre en ese bosque, todo parecía normal, seguí caminando y caminando hasta que llegué a el borde - ¿qué? - el borde era la diferencia de un bosque normal de uno nevado-¿que es esto? -cruce el borde, y enseguida sentí el intenso frío. Cruce de el lado normal y sentí la calidez de nuevo- ¿Qué es todo esto? - un sonido de arbusto me alertó--¿quién anda ahí? - pregunte alerta, metí mi mano en mi pequeña bolsa y saque la pequeña navaja - tengo un cuchillo y sé como usarlo - ¿que tan difícil era apuñalar a una persona? Es como una verdura,¿No?-
-tranquila - se notaban unas pequeñas orejas asomándose por el arbusto- no soy mala- se seguían moviendo curiosas-
-¿Qué eres? Y ¿dónde estoy?
-Deja me presento - salio de el arbusto- Soy la princesa fauno, Dalia un gusto - hizo una reverencia y esta hizo que casi cayera su pequeña tiara-
-No creía lo que pasaba, era una cosa mitad humana mitad cabra, ¿qué cosa rara era esa? - ¿qué eres?
-soy un fauno - hizo una sonrisa torpe-¿nunca habías visto uno?
-no... - respondí seria-
-¿puedes bajar esa arma? . No eres de por aquí,¿verdad?
-N-No yo soy de un pequeño pueblo cruzando el río... - dije guardando mi navaja-
-ya veo, oh observo que estás a el borde del bosque - dijo mirando atrás mio -
-Si, yo pensaba que era un bosque normal
-Pero sí es un bosque normal - rió-
-Bueno, yo nunca había visto uno así, no es normal que un bosque tenga diferente estación que otro.
-oh ya veo, que raros son -miro mis rodilla-Oh que tragedia - se exaltó- tus rodillas están lastimadas, dejame ayudarte-se acercó pero yo di un paso hacía atrás quedando del otro lado de el bosque de invierno-Cuidado - jaló mi muñeca- No puedes ir allá sin un abrigo tontita, te enfermaras de un chuzé -
-¿Qué cosa? - dije extrañada, nunca había escuchado esa palabra-
-oh cuando empiezas a toser y tu nariz se pone roja roja
-oh~ gripe
-¿gripe? - inclinó su cabeza para un lado y arqueo una ceja -¿Qué es eso?
-Lo mismo que tu dijiste, sólo que con diferente nombre
-oh~ que extraña eres, me agradas, ven vamos a curar esas rodillas - Nos fuimos adentrando al bosque y cada vez nos alejabamos más de el borde de nieve--¿A dónde nos dirijimos? - pregunté dudosa y desconfiada-
-Uh a mi palacio, conocerás a mis padres a mi irritante hermano y algunas sirvientes
-oh aquí... ¿No trabajan solo los hombres?
-¿Qué? Pss -bufó- claro que no, aquí todos trabajan, bueno, excepto niños, bebés y ancianos -soltó un pequeña carcajada- ¿por qué ?
-Es que de donde yo vengo, solo los hombres trabajan y las mujeres se quedan en casa haciendo deberes
-Oh que tragedia, tener que vivir con eso desde que eras una niña
-Sí, fue difícil, desde que tengo memoria, siempre salía de mi casa a correr o a jugar, no me gustaba quedarme en casa, me aburría, preferiría la aventura.
-oye, ¿te puedo hacer dos preguntas?
-claro - dije sonriendo-
-¿tienes familia?
-tan pronto dijo eso, mi sonrisa desapareció- Yo... Sí tengo familia, M-mi madre y mi hermano...
-¿y por qué no estás con ellos?
-Sí ... Lo estuve, basta de preguntas.
-Perdón, no quise hacer que te sintieras mal
-No, está bien
-Bien ya llegamos -quitó una rama y se vio un inmenso castillo color blanco y azul cielo, arbustos de diferentes formas, una fuente y un bello jardín lleno de violetas-
-Tu palacio es hermoso
-Gracias, ahora vamos, que tenemos que curar esas heridas-caminamos por el sendero y entramos a su castillo- Yenar - gritó- ¡Yenar! -volvió a gritar y apareció un lindo conejo color café con blanco, de tamaño humano con un lindo traje con corbata y un lente-
-Dígame señorita Dalia
-Lleva a esta linda humana... ¿Cómo te llamas?
-Jannet
-A Jannet, llevala a la enfermería y que la curen, tengo tareas que hacer
-Sí señorita, con permiso, Señorita Jannet
-Oh sí
-Sigame por favor-recorrimos un par de pasillos hasta que llegamos a un cuarto- Espere aquí un momento, la enfermera llegará en unos minutos - me hizo pasar y me senté en la camilla a esperar
-con permiso - cerró la puerta-
-la camilla era muy alta, hacia que mis pies flotaran y los moviera como estar en un columpio. Se escucho el toque de la puerta y está se abrió-
-Hola cariño
-Hola...-era una hermosa elfa, con cabellos color rojo intenso y ojos verdes tal esmeralda-
-Me comentaron que tenías tus rodillas heridas.
-Sí, pero no me duele mucho.
-Igual tendremos que desinfectarlas, echemos un vistazo. - subió mi pierna en su rodilla - mmm ah ya -dejó mi rodilla suavemente y empezó a buscar en estantes--¡Aquí está! - sacó un líquido azul-
-¿Qué es eso? - dije con miedo-
-es tinta de calamar nórdico con un poco de ceniza de ave fénix
-¿Qué?
-Básicamente, una poción que hará que tus tejidos curen más rápido y se te quite el dolor - dijo abriendo la pequeña botella-
-Oh... Y... ¿Arde? - dije con miedo-
-un poco así que te recomiendo cerrar los ojos y pensar en cosas bonitas
-Bueno... - cerré mis ojos y sentí como el líquido caía,se sentía espeso, como una crema, tampoco ardía tanto. Abrí mis ojos--¿Te ardió? - preguntó preocupada-
-No, ni un poco
-Que bien, ahora solo debo vendarlas -se levantó y fue a un estante, y con la tela cubrió mis heridas-
-decidí levantarme-
-espera aun no terminamos
-¿Qué falta?
-Ten - me dio una paleta verde de extraña procedencia--
-.... Gracias.... - la tome para no ser descortés-
-salí de ahí y el lindo conejo me esperaba alado de la puerta-
-La señorita Dalia, me pidió que la acompañará a su dormitorio, para que pueda descansar
-Oh que amable de su parte.
-por favor sigame -cada paso que daba era un pequeño saltito, me causaba ternura verlo- Llegamos - abrió la puerta y era una preciosa habitación café con dorado y un balcón con vista a el jardín- la señorita Dalia eligió la mejor habitación para usted, que la disfrute. Con permiso - cerró la puerta-
-Me tire en la cama, era tan cómoda y esponjosa, las sábanas parecían estar hechas de la más fina seda, las almohadas rellenas de plumas de un cisne, podía dormir muchos días seguidos aquí. Pero aún seguía mi preocupación, ¿qué habrá pasado con mi madre y hermano?¿Se habrán vuelto esclavos? ¿Lograrían escapar?. La intriga y preocupación me consumían por dentro, de saber que les había pasado. Tanto que pensar que caí en un sueño profundo-....