APRENDIENDO A DESCANSAR EN DIOS

REPOSO

"Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo el ejercito de ellos. Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposo el día séptimo de toda la obra que hizo. Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santifico, porque en el reposo de toda la obra que había hecho en la creación" (Génesis 2:1-3)

Desde un inicio podemos leer en la biblia la idea de reposo bien entendida, "Dios acabó la obra y descanso", en ningún punto se lo menciona tomando pausas para un café, ni mucho menos haciendo el trabajo mientras iba chequeando las notificaciones que le llegaban a su celular, estaba enfocado y por esto hizo el trabajo como solo Dios lo podía hacer, con excelencia y absoluto cuidado. Sin embargo y muy a pesar, de lo bien hecha que esta, claramente Su obra, son muy pocas las veces que nos detenemos, un segundo siquiera, a pensar en el descanso de Dios y sus beneficios, y no, no me refiero, en este caso, a pensar en la forma en la que El se durmió la siesta o en la manera en la que fue a escuchar un rato música a su habitación, o como simplemente se quedo estupefacto mirando hacia la nada mientras contemplaba lo espectacular de lo que había hecho, sino que en este caso hablo de pensar en como, hasta en Su descanso, Dios se encargo de dejar escondidos para nosotros claves a las que solo podemos acceder cuando confiamos en El con todo el corazón y reposamos en Su presencia con toda nuestra alma.

Una de las primeras llaves que encontramos en esta idea de descanso, está dada en el "reposo bien entendido":

"Solo podré descansar cuando termine lo que debo hacer"