Hace 7 años, algo cayó al suelo de la ciudad de La Roque Gaegac. Un antiguo pueblo en Europa caracterizado por su pequeñez. Realizaba labores de parte de la Iglesia Amiens; siendo yo una monja en el nivel del medio, tenía la libertad de salir a conseguir ciertas cosas que solo se conseguían en aquel pueblo. Flores, panes, frutas, todo fresco y recién preparado.
No era la primera vez que iba allí, pero siempre encontraba la oportunidad de desviarme del camino y ayudar a quien lo necesitase. Recuerdo el día con un cielo nublado y parecía que iba a llover, por lo que apresuré el paso. Cubriéndome con el gorro de mi traje negro, llegué a la cima de la lejana montaña donde se hallaba la entrada al pueblo.
Pero no había nada, solo más de la mitad de las casas destruidas, un color carmesí por todas las paredes, combinado con un olor nauseabundo que me hizo sostener el estómago y mis labios ante el asco. Intentando hallar la explicación más coherente, me adentré más buscando alguna señal de vida, o algo que explicara cómo todo un pueblo podía estar destruido de la noche a la mañana.
En el centro del pueblo, vi un agujero enorme que perforaba el suelo de piedra, un sonido a mis espaldas me hizo alertar, y girando mi rostro vi a una niña tirada en el suelo, debía estar muy débil.
Inmediatamente dejé mi canasta para tomarla en brazos, notando algo extraño, si, era una niña normal, tenía varias heridas en el cuerpo y quien sabría cuánto tiempo había estado sola y con el pueblo destruido, las posibilidades de encontrar a sus padres eran nulas. Lo extraño no era su cabello de color rosa claro, sino el color morado de sus ojos, que en todo el cansancio llegó a mostrarme.
-¿Quién-
-Shh...No hables por favor, no temas linda, te llevaré a un lugar mejor- acaricié su pequeño rostro cargándola de regreso a Hallstatt -¿Cómo te llamas pequeña?- susurré para que no se esforzara en hablar
-No sé...- el corazón me apretó el pecho ante su situación, sin embargo le sonreí para que ella sonriera
-Bueno, ¿Qué te parece Annie?, eres tan linda que pareces un Ángel, y Annie es un nombre cercano a los cielos- al terminar, noté que se había quedado dormida finalmente, pero con una pequeña sonrisa, ¿Hace cuánto no sentía la calidez de una persona?
*AVERTENCIA: Esta historia contiene mucha crueldad y temas que no son aptas para todo publico, por favor, si eres menor de edad, te pido que te retires, si alguna duda surge, trataré de responderla*