Capitulo 3

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(POV Seras)

Yo estaba más que sorprendida cuando ambos hombres repentinamente se abalanzaron sobre mí. Caí hacia a tras sobre mi espalda. Ambos se sentaron a horcajadas cada uno en una de mis piernas, y agarraron una de mis manos. El viejo vampiro me besó con cautela en mi cuello. Mientras que el demonio capturó mis labios en un apasionado beso. Mis ojos se abrieron de par en par del asombro. ¿Por qué repentinamente eran tan cariñosos? ¿No podían ver que estaba molesta? Yo no estaba de humor para el sexo. Sólo quería que se fueran. Ellos arruinaron mi noche haciéndome todas esas preguntas personales que no tenía las respuestas.

-Podemos responder todas y cada una que tengas- El viejo vampiro ronroneó. Mis ojos se abrieron y me aparte del beso del demonio.

-¡¿Qué?!- Exclame. ¿Cómo demonios podían responder a mis preguntas?

-Porque- El viejo vampiro susurró y se aparto de mi cuello mirándome fijamente. Ambos hombres me sonrieron con una mirada maliciosa en sus ojos. -Somos tus amantes y compañeros destinados- En este momento mis ojos se desorbitaron prácticamente fuera de mi cabeza.

-Mi... Q-qué?-Le susurré con incredulidad.

-Fuimos tus amantes antes de tu pequeño accidente. Pensamos que moriste, hasta esta noche- El me dijo.

-Y... mi c-compañeros?- Repetí con un rubor en mis mejillas.

-Su ausencia nos hizo darnos cuenta de algunas cosas- El demonio habló.

-¿Cómo qué?-Le pregunté en un susurro.

-Como que, nosotros no queremos pasar un minuto más sin ti- El vampiro más viejo ronroneó.

-O lo mucho que deseábamos tenerte de vuelta- El demonio susurró mientras rosaba sus cálidos labios sobre los míos. Gemí suavemente y trague saliva.

-Y... ¿Tú tienes todas las respuestas que estoy buscando?- Le pregunte al viejo vampiro. Su sonrisa se ensanchó y él asintió con la cabeza.

-Sí- Él ronroneó.

-¿Qué te gustaría saber?- El demonio preguntó.

-Bueno, supongo que... ¿cuál es mi nombre?- Le pregunté con timidez, con una pequeña sonrisa y sonrojada. Los dos se rieron de mí. El demonio pasó el pulgar por encima de mi rubor.

-Seras Victoria- El viejo vampiro ronroneó mi nombre.

-Seras?- Repetí en un susurro. El nombre era tan ajeno a mí. No siento que ese sea mi nombre, y estaba muy acostumbrada al nombre Red.

-Sí- El viejo vampiro ronroneó mientras acariciaba mechones del pelo detrás de mi oreja. Me sonrojé y aparte la mirada de ellos en la vergüenza.

-Y... eh... ¿Cuáles son... sus nombres?- Les pregunté. Me sentía culpable de no poder recordar los nombres de mis compañeros. Hice que les doliera? El viejo vampiro rió de nuevo, y el demonio me dio una pequeña sonrisa en la decepción.

-Yo soy tu Señor, Alucard- El viejo vampiro se presentó. Mis ojos se abrieron y parpadee estúpidamente a él. ¿Él fue mi maestro, mi creador?

-Y yo soy Sebastián Michaelis- El demonio susurró y luego besó la palma de mi mano ligeramente. Él rozó sus labios fríos sobre cada uno de mis nudillos.

-¿Qué edad tengo?- Seguí haciendo preguntas. El demonio miró a Alucard.

-Esto podría tomar más tiempo de lo que esperábamos- Sebastián murmuró. Alucard me miró con una amplia sonrisa.

-Esto podría tomar más tiempo de lo que esperábamos- Sebastián murmuró. Alucard me miró con una amplia sonrisa.

-Podría existir una manera- Él dijo -Yo podría hacer que lo recuerdes-

La chica en llamasWhere stories live. Discover now