Al salir del partido la gente estaba tan emocionada como nosotros también lo estábamos, los gritos, las serpentinas, las barras todo eso lo podía ver y escuchar. Hace mucho tiempo no tenia esta sensación de satisfacción, alegría y gran regocijo, todos absolutamente todos estábamos muy emocionados y felices, lo habíamos logrado.
Fue un poco difícil salir del estadio, ya que la multitud solo quería saludarnos y felicitarnos. Pero faltaban las personas mas importantes para que toda esta felicidad fuera completa, mi padre, mi familia, cuanto anhelaba que ellos estuvieran cerca, compartiendo estos aplausos, esta emoción, este triunfo.
Por un momento me invadió la tristeza y se lleno de gran dolor mi corazón, recordando a mi padre, cuan feliz estaría con este triunfo, pero la realidad era otra, el ya no estaba, ni siquiera podría decir que llegaría a algún lugar corriendo a abrazarlo y celebrar juntos, cuanto lo hubiera anhelado, pero bueno ya no esta de igual tengo que aprender a gozarme con estos triunfos que Dios me permite recibirlos.
Tener la esperanza de un reencuentro con mi familia era lo que me hacia seguir adelante y me daba las fuerzas para seguir jugando los siguientes partidos.
Al fin pudimos salir del estadio y dirigirnos al camerino, allí solo los gritos, saltos y claro no podía faltar la oración de Yerry agradeciendo a Dios por esta satisfacción tan grande que podíamos sentir.
Luego nos dirigimos a bañarnos y cambiarnos para poder salir a descansar y claro a celebrar, con cantos, música, baile, claro y como teníamos por ley no consumir licor terminamos este día muy contentos y con el animo de ir a cuartos de final.