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El funeral de la joven Beatrice se organizo muy rápido, ese día el pueblo se paralizo; al menos por unas horas. Todos concurrieron a su funeral, hasta personas que nunca habían pisado el pueblo, estaban allí. Inclusive la propia muerte de Beatrice nos acompañaba.
A Beatrice se la comenzó a recordar como una joven que alegraba a cualquier persona que la viese, cada vez que salía a dar sus paseos matutinos saludaba a cada uno de nosotros y por su paso dejaba a varios enamorados, siempre compraba en el mismo sitio y realizaba el mismo camino cada día. No había trascurrido mucho tiempo cuando comenzaron a llegar autos negros al funeral como manadas de búfalos sin control, de allí descendían buitres que miraban para todos lados buscando su presa. Arthur los recibía con los brazos abiertos, el apareció hace diez años en el pueblo para nunca mas irse.
El día de su llegada fue un día normal para todos incluso para Beatrice, la habíamos visto en el mercado con su sonrisa de siempre y al finalizar sus compras se fue hacia su casa, era la mas grande del pueblo con un hermoso jardín y su color blanco como la nieve. El auto apareció de la nada, rompiendo el silencio que era costumbre aquí, no detuvo su andar hasta llegar hasta la casa de Beatrice.
Del mismo descendió un joven de rulos – familiar de Beatrice – pensamos todos, ya que llevaba esa típica característica de los Andrews, golpeo la puerta y sin mediar palabra entro a la casa. Pasaron días hasta volver a ver a Beatrice, era como una niña pequeña que estaba castigada, y que no podía ver a sus amigos. Cuando la volvimos a ver estaba sentada en el banco del jardín de su casa pero algo ya no estaba, y eso era su sonrisa.
El mes continuo y el cumpleaños de Beatrice se acercaba como una tormenta a lo lejos, que su lluvia traía invitaciones para su fiesta. Ella nunca lo celebraba, su día consistía en ir al bar del pueblo y estar horas allí, junto a los muchachos de su edad, coqueteándoles y luego yéndose sola de nuevo a su casa, todos sus cumpleaños la veíamos allí y cuestionábamos sus actitudes pero nadie se le acercaba a hablarle hasta que un día Clarice fue hasta ella pero su charla no duró mucho, pero pudimos comprender ella jugaba con ellos de la misma manera que él lo había hecho con ella.

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