JungKook caminaba abatido por las calles oscuras de Seúl. Se hacía preguntas y las respondía él mismo.
¿Por qué me siento de esta manera?
Porque intento ser alguien que no soy.
¿Por qué intento ser alguien que no soy?
Porque mi verdadero yo está escondido.
¿Por qué mi verdadero yo está escondido?
Y para esa pregunta JungKook no tenía respuesta, tal vez sí la tenía, pero no quería responderla.
Tropezó con la acera y sintió sus manos arder al sentir contacto con el duro y rasposo suelo.
Vaya, al parecer este era su lugar favorito. El suelo se había convertido en un lugar muy visitado por el castaño.
Se levantó sin siquiera mirar sus dañadas manos y siguió su camino, pero hubo algo que lo hizo detenerse nuevamente.
Había algo pegado a la paredes de una tienda cuyo cristal estaba empolvado hasta arriba. JungKook movió la cabeza comenzado a leer el cartel de varios colores.
—MagicShop— leyó primero las letras grandes — ¿Puedes comprartufelicidad? No, ¿verdad? Sisabesqueeresinfeliz, puedesentraranuestra tienda.
El castaño bufó y comenzó a reír. Había verdaderamente gente peor que él. Mira que bello texto de propaganda, ni siquiera el más estúpido entraría a esa tienda.
Tal vez por eso había cerrado. Pensó.
Dio una ultima mirada al cartel y siguió su camino sin darse cuenta de algo.
Que había alguien del otro lado.
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