Sweet Creature⚜

VII

"El verdadero amor de tu vida se puede encontrar en cualquier parte, quizá siempre ah estado a tu lado, o tal vez esté al otro lado del mundo, pero lo cierto es que lo encontrarás, tarde o temprano"

05-02-18

Hoy mi amiga se iría al viaje, por razones de salud, nunca he sido de las personas que rezan y que creen en Dios, ni nada de eso, pero esta vez le pedía a todo lo del universo que ella estuviera bien.

-Hola Malika, voy llegando al hospital, todo el viaje fue bueno, ya que salga de acá te llamaré, para decirte cómo van las cosas- leei en mi pantalla el mensaje de parte de Chloe-

-En verdad espero que te valla de maravilla :)- le respondí en seguida-

El día era agotador, un maldito Lunes lleno de cansancio y sin nada importante que hacer.

«Narrado por Chloe»

El viaje había sido un tanto cansado, pero nada que no pudiera aguantar, la ciudad era muy bonita, más de lo que imagine y de lo que se miraba en las fotografías, llegué al hospital y enseguida me atendió el doctor, era un tipo de no más de 30 años, bastante amable y carismático, me hizo el chequeo y para mí buena suerte todo salió de maravilla, no hacía falta otra operación por el momento.

Salí del hospital y me dispuse a ir a una pequeña cafetería que está cerca de allí.

Era pequeña y muy pintoresca, me parecía perfecta.

-Buenos días señorita, le muestro el menú?- dijo un chico rubio oji-azul bastante risueño-

-Si por favor- respondí sonriente- todo parecía delicioso, pero no tenía hambre así que solo pedí un café late-

El chico me lo sirvió al momento y comencé a disfrutarlo mientras yo miraba cada parte de la cafetería, todo era muy lindo, pero fui interrumpida por algo totalmente hermoso que se posó ante mis ojos, era quizá lo más lindo que aya visto.

Una chica de más o menos mi edad, más alta que yo, cabello hasta los hombros, ojos grandes y lindos, sonrisa brillante, era hermosa.

-Hola, disculpa puedo tomar asiento contigo, resulta que mi amigo no podrá llegar y no me gusta estar sola, prometo no hablar mucho- dijo la hermosa chica dirigiéndose a mi, me parecía un sueño, uno perfecto-

-Oh cla-claro toma... Toma asiento- balbuce de forma tonta-

-Gracias, no eres de por aquí cierto?- pregunto la chica-

-No, yo soy de México, pero vine acá a un chequeo médico- respondí sonriente-

-Oh ya, espero te halla ido bien-

-Sin duda este fue el mejor viaje- dije casi babeando ante su belleza-

Nuestra plática fluyó bastante bien, era como si nos hubiéramos conocido desde hace mucho tiempo, cómo si fuéramos grandes amigas, comíamos pastel, helado, bebíamos frapes, hacíamos bromas, reíamos, todo era perfecto-

-Dalia fue un enorme placer conocerte, pero ya pasan de las 9:00 p.m. y me tengo que ir, aún no se exactamente dónde es, no me quiero perder- hable mientras le sonreía-

-El placer es mío, si gustas te puedo llevar en mi coche- dijo un poco sonrojada-

-No quiero molestarte-

-No es molestia, anda vamos- nos dirigimos a su coche y subimos a el, era pequeño pero bastante cómodo-

Se había hecho un pequeño silencio durante el camino, pero no era incómodo, al contrario, era demaciado tranquilo y se respiraba paz y tranquilidad, se respiraba el olor de su perfume mezclado con el mío, y era quizá la mejor combinación.

De pronto se escucho una canción en el reproductor del auto, ella subió el volumen y comenzamos a cantar al unisono, resulta que también nos gustaba la misma música, sonaba little things de One Direction, una de mis canciones favoritas.

Llegamos a dónde me hospedaria durante aproximadamente 1 semana, baje del coche y ella bajo detrás de mí.

-Gracias por traerme, y por lo de la cafetería- dije sonriente-

-No es nada, gracias a ti por hacerme compañía, crees que mañana nos podamos ver?- pregunto Dalia sonrojada-

-Si, me parece buena idea-

-Genial nos damos nuestros números, para avisarte a qué hora será?-

-Si, genial- intercambiamos nuestros números para después despedirnos, ella subió a su coche y yo entre al departamento, no tenía idea de lo que me pasaba, esa chica estaba cambiando mi mundo con tan solo sonreír, ahora sólo quedaba contar hasta los segundos, para volverla a ver...»