La verdad tengo mil anécdotas para contar contigo, pero pues tú me dijiste que lo recordara como algo bueno, y pues eso hago.
Bueno... pasaron días, tal vez meses y nuestras charlas cada vez eran más divertidas, recuerdo aún a esa chica con el cabello corto y chino, que siempre me hacía reír.
Recuerdo un día que te dije que si querías ver una foto de mi ano, dijiste que si, entonces te mandé una especie de garabato que decía "anote", ya sé ahora es muy raro describirlo, pero en ese tiempo era de mucha risa, desde entonces nos empezamos a decir "mi ano y tu ano, se anan", que goals jajaja.