Mentiras

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Jongdae mentía.

De pequeño era algo impulsivo, su única respuesta era mentir, era fácil, te librabas rápido, alguien más tenía la culpa o simplemente se borraba, eso era lo que creía un niño con ocho años de edad y que sólo se libraba de un par de reprimendas o castigos escolares.

Pero el chico de casi diecinueve años no lo veía igual. Está vez la mentira lo hundía, lo enfrascaba en la habitación de paredes blancas con muebles y acolchados increíblemente caros y jodidamente aburridos. Lo único que hacía era deprimirlo y hacer que su autoestima baje un poco más que el minuto anterior.

Se había ido hace dos meses. Jongdae no llamó a nadie, ni siquiera a Baekhyun o a Jongin. La tutora le daba clases en casa de su padre, su madre no se acercaba a la casa porque no soportaba a el hombre que suponía era su padre, aunque él jamás lo había considerado uno, y había tirado su celular contra la pared el segundo día de su estadía allí.

Pensaba que podría salir, pero no lo hacía.

Se duchaba, se vestía casual pero bien, se peinaba y hasta se maquillaba un poco, pero siempre se quedaba parado en el marco de la puerta de salida pensando que no se quería cruzar a nadie y terminaba por entrar, desvistiendose y durmiendo tapado hasta la cabeza.

Por alguna razón, le mentía a su padre. Le decía que estaba bien y que sí, salía en las tardes cuando el trabajaba. Siempre funcionaba, o eso creía.

Lastima que las mentiras no te salvan siempre.

Ese día se había levantado como los anteriores, bajó para buscar algo que comer (porque se podía sentir muy mal, pero nadie valía lo que la comida) y se encontró con su padre, que aún no había ido al trabajo, hablando con un chico bajito, le pareció extrañamente conocido, mientras le mostraba la casa.

Pero cuando su padre se dió vuelta, le dijo que la mujer de la limpieza iba a faltar unas semanas por enfermedad y que su hijo lo iba a suplantar, Jongdae no esperó que el hijo de aquella señora, que hacía ricos pasteles, sea Minseok.

Mucho menos esperaba, que este lo saludara como si lo acabara  de conocer y le sonriera.



Jongdae esa vez no mintió. Jongdae lo abrazó.

Está vez Minseok no mintió, lo volvió a abrazar.

Ese día se libraron de las mentiras.

Y mientras Jongdae susurró un "Te extraño", Minseok solo sonrió y le dijo un "Te odio, Jongdae." Que está vez no parecía tan horrible, está vez, no era realmente odio, era una mentirita piadosa, un te extraño detrás.









Notita

Era para decir que la historia es corta, o sea creo que le faltan uno o dos capítulos, que voy a subir después de esta semana uwu.
Gracias a las personas que votaron y leyeron. :')

I Hate You - Chenmin/XiuchenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora