Otro día más en el que llegaba tarde a clases. Maldijo por lo bajo mientras corría escaleras abajo, agarró su mochila y salió de su casa, sin dedicarle ni una mirada a su padre quien descansaba en el sillón, con un brazo colgando y en el suelo una botella de cerveza vacía, junto a otras a su lado. Lo aborrecía.
Y si su día no podía ser peor, la vio a ella. Su peor pesadilla. María había llegado a su barrio hacía casi un año. Además de eso, se había mudado frente a su casa y se había ganado el cariño de toda su escuela. Sí, también asistía a su escuela. La vio subir a su auto y pasar a un lado de ella. Rodó los ojos y camino lo más rápido que pudo. Hoy le esperaba otro día largo. Clases hasta tarde, trabajo y por fin visitar el hospital. Todos sus días tenían la misma rutina, pero las visitas a su pequeña hermana, a veces variaban.
Con la música en sus auriculares, llegó a la escuela. Aún la campana no había sonado, por lo que camino lo más rápido que pudo a su casillero, tomó sus libros y siguió a su clase.
Todos a su lado se abrían paso al verla pasar. Alexandra tenía esa fama, la de la chica mala. Jamás había maltratado a nadie, sólo a una persona: María. ¿Por qué? Simple: le había quitado su única esperanza de cambiar. Luke.
Alex se enamoró de él cuando tenía trece años. Escuchó como él la defendía de unos compañeros que decían que era una ingenua y una estúpida. Pero jamás nadie se había acercado a ella. Todos empezaron a temerla cuando cambió su look; tiñó su cabello castaño de un rubio con algunos detalles en rosa, sus ojos los delineaba de un fuerte negro que hacían resaltar el azul de ellos. Su atuendo variaba entre colores oscuros o el rosado. Sus pantalones siempre eran holgados, y sus remeras ajustadas dejando ver apenas su abdomen; sus muñecas estaban cubiertas de pulseras y en su nariz un pequeño pircing. Fue cuando alguien quiso burlarse de ella, lo tomo de su mano, se la dobló hasta llevarla a su espalda y lo estampo contra el casillero: "Si vuelves a hablarme, va a dolerte más a ti". Y su papel cambió de "la invisible" a "la bravucona". Desde entonces que nadie se ha atrevido a bromear con ella o a hacerle algún tipo de burla como acostumbraban, sobre todo Derek, quien había pasado la mayor parte de su vida burlándose de ella y haciéndole bromas; ahora no la ofendía con las intensiones de dañar sus sentimientos, sino con la intensión de divertirse, ya que ella le devolvía las bromas y todo se convirtió en una guerra.
Alex jamás se había metido con nadie en la escuela, solo con él (quien cabe aclarar, es el mejor amigo de Luke), pero luego de que éste le hiciera algo a ella, solo lo hacía por venganza. Pero cuando llegó María, la nerd pero la mas "popular", Alex no podía evitar jugarle bromas a ella también. María solo sacaba dieces, aspiraba a todo tipo de grupos escolares, incluso en el de porristas. Vanessa, la capitana, se había convertido en su mejor amiga. Luke quedó embobado desde la primera vez que la vio, y quien de toda la escuela no: cabello rojizo, ojos oscuros y un cuerpo perfecto. La madre de María fue trasladada a este diminuto pueblo y ella ingresó a la única escuela que aquí hay, encontrándose con Luke. Fueron solo dos meses lo que les llevo estar coqueteando y saliendo juntos. Hoy son novios, y eso a Alex le había dolido mucho. Estar enamorada hace cuatro años de una persona en secreto, tenía desventajas.
Las horas pasaron rápido, todos estaban en la cafetería del colegio, reunido con sus amigos. Algunas veces, le hubiera gustado ser distinta, estar rodeada de personas que la cuidaran en la escuela, que almorzaran con ella, que la escucharan en sus momentos malos, que la abrazaran cuando llorara... Pero en lugar de eso, tomó lugar en esa mesa apartada de todos, justo al fondo, dejó la bandeja con alimentos en la misma, y tiró su mochila a un lado.
Luke y María entraron riendo y tomados de la mano. Detrás de ellos lo seguían Derek, Nick, y todos del equipo de fútbol; Vanessa charlaba con Daiana y Elena. Los detestaba, entraban con ese aire de altanería, como si el mundo girara alrededor de ellos, tomaron su lugar habitual, a dos mesas de la suya, y enseguida otros chicos del equipo y de las porristas se acercaron a ellos.
Rodó los ojos al ver la escena, y sintió su corazón romperse cuando María estrelló sus labios con los de Luke, luego de separarse la miró a ella y una ligera sonrisa se formó en sus labios. Alex alzó una ceja sin comprender demasiado, y María volvió su atención a sus amigos. Por cuarta vez en el día, la rubia rodó los ojos y se concentró en su almuerzo y su teléfono prehistórico. Alex no tenía el dinero suficiente. Su madre había fallecido en un accidente hacia cuatro años, su padre entró en depresión, perdió su trabajo y comenzó a beber alcohol. Su pequeño hermana Sophie fue diagnosticada con cáncer hacía un año y tenía que trabajar para pagar su tratamiento, entre otras cosas.
La campana sonó anunciando la siguiente hora de clases. Ella se levantó, tomó sus cosas y comenzó su caminata. Fue inevitable para ella no hacerlo: María caminaba riendo con Vanessa, ella la provocó primero con esa mirada, ¿por qué no vengarse? Pasó junto a ella, chocó levemente su hombro, pero las cosas fueron mejor de lo que esperaba: rosó su codo sin darse cuenta, haciendo que la niña prodigio manchara toda su ropa con las sobras de su bandeja. Soltó un leve grito, y Alex no pudo evitar soltar una ligera risa.
- Lo siento... - se disculpó sin un deje de honestidad.
- ¿Estás bien? - Luke llegó rápido a su lado para ayudarla.
- ¡Lo hiciste a propósito! – chilló la pelirroja.
- Si lo hubiera hecho a propósito, no estaría disculpándome – se encogió de hombros, con una pequeña sonrisa de suficiencia en su rostro. Vanessa la arrastró hasta el baño luego de murmurar un "no vale la pena".
Luke miró a la rubia, que se giraba para seguir su camino hacia la salida del establecimiento. Necesitaba ir a su escondite y fumar un poco. Podía saltarse la clase que seguía, y verdaderamente lo necesitaba. Historia no era una de esas materias en la que ella podía estar pensando en otra cosa, en lugar de concentrarse en las absurdas palabras de su profesor. Alex asistía a la escuela gracias a un beca que el director le había otorgado luego de que su madre muriera y su padre fuera despedido, así que debía esforzarse a diaria para conseguir el puntaje necesario para que no se la quitaran.
-¿Se puede saber cual es tu maldito problema?- la chica fue interrumpida, antes de salir de la cafetería.
-¿Perdón?- preguntó alzando una ceja, sabía a que se refería, pero le gustaba mas verlo así de molesto.
-Sabes a que me refiero, Alexandra- su nombre sonaba tan bonito en su voz. Borró esos pensamientos.- Molestas a Marie todo el tiempo, ¿acaso ella te hizo algo? - la sonrisa burlona de Alex fue borrada de su rostro, se acercó lo suficiente a él y le susurró con todo el rencor que pudo:
-Existir.
Y sin más, siguió su camino hacia el campo de fútbol. Se escondió detrás de las gradas, y prendió su cigarrillo.
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¡HOLA! ME GUSTARÍA QUE ME AYUDEN CON MI HISTORIA, SOY NUEVA EN WATTPAD Y ME ENCANTARÍA QUE ME COMENTARAN QUE LES PARECE! GRACIAS POR LEER.
PD: En multimedia, como me he imaginado a Alexandra💖
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F*cking Life!
Teen FictionAlexandra llevaba una vida demasiado complicada. Desde niña fue la invisible de la clase, la ingenua o la indefensa. Pero un día todo cambió: cuando conoció a Luke. El día que escuchó cómo sus amigos la ofendían, y como él respondía defendiéndola:...