Estaba en su casillero, buscando sus libros para la siguiente clase. Sólo quedaba una hora y por fin se iría de aquel infierno. Sintió como su casillero se cerraba abruptamente, dejado apenas el tiempo de correr su rostro y cuerpo para no ser lastimada.
-¿Qué demonios te sucede?- exclamó irritada de su presencia, aunque hacía segundos que estaba junto a ella.
-No te metas conmigo, Alexandra, te lo advierto.- Lo intentó, de veras lo intentó, pero le fue inevitable soltar una carcajada en su rostro.
-¡Por favor! ¿Que harás? ¿Acusarme con los profesores? ¿Con el director? ¿Con tus padres?
-No me desafíes, no sabes de lo que soy capaz.
-Tampoco me importa.- sin darle más tiempo a responder, se alejó de allí, no sin antes golpear su hombro suavemente.
-¿Pasó algo?- Luke apareció junto a Derek y Nick.
-No, amor. Lo de siempre, es ella atacándome.
-De verdad, María, debes decirme que hiciste para enfadarla tanto- Derek rió.
-¡No hice nada, está loca!
-Si, eso es cierto. Pero Alex no es así, ella no se enoja con alguien porque si. Hay algo, y no descansaré hasta averiguarlo, quiero verla así de enojada conmigo.- Para Derek aquello le parecía una broma. Nadie entendía demasiado por qué el constante interés en molestarla, pero tampoco se lo preguntaron.
-De verdad, amigo, comienzas a asustarme. No entiendo tu obsesión con ella- exclamó Nick.
-Algún día se los contaré- una sonrisa apareció en el rostro del muchacho.
-Como sea, amor, te espero en la salida. Tengo practicas, nos vemos.- Luke se despidió con un beso de su novia y corrió con sus amigos, mientras se empujaban, reían y saltaban uno arriba del otro.
Las clases habían terminado por hoy. Alexandra caminó rápido hacia la salida de la escuela, antes de que éstas estuvieran interrumpidas por una muchedumbre de alumnos. Prácticamente corrió, se le estaba haciendo tarde. Llegó algo agitada al bar de comidas rápidas en el que trabajaba.
-¡Tiempo récord!- bromeo Kevin, su compañero de trabajo, cuando la vio cambiada y lista para atender a los clientes. Siempre empezaba a atender diez minutos después de que su turno comenzara, pero acaba de romper su récord.
-Púdrete, Kevin.- rió apenas. Aquel muchacho tenía dos años más que ella. No había asistido a la universidad, así que vivía de empleos temporales. Era la única persona a la que podía considerar "amigo", pero sólo compartían ese momento.
-Kevin tiene razón, linda, has empezado a atender justo a tiempo. Hoy es un día para festejar.
-Vamos, Carmen, ¿tu también?- uno de sus momentos preferidos en el día eran estos. Aunque parecía extraño, amaba ir a su trabajo. El ambiente era agradable. Kevin era su compañero a la hora de recibir y servir los pedidos, Emily era la cajera, y de quien Kev estaba enamorado. Todos en el lugar lo sabían, incluso ella, pero no quería admitirlo. Mike era el cocinero de unos cincuenta años, quien sólo se unía a las conversaciones cuando Carmen lo hacía. Y luego estaba Carmen, encargada de la limpieza, quien también tenía entre cuarenta y cincuenta años. Bob era su jefe (por algo el lugar se llamaba Bob's Burgers), pero no aparecía mucho por el lugar, sólo al final del día para recoger el dinero y hacer cuentas. No era un hombre amargado, todo lo contrario.
Mike apareció por la ventanilla de la cocina, listo para opinar, pero Alex fue mas rápida.
-¡Ni lo intentes, vuelve a tu trabajo!- todos rieron; el lugar comenzaba a llenarse, y todos a trabajar.
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F*cking Life!
JugendliteraturAlexandra llevaba una vida demasiado complicada. Desde niña fue la invisible de la clase, la ingenua o la indefensa. Pero un día todo cambió: cuando conoció a Luke. El día que escuchó cómo sus amigos la ofendían, y como él respondía defendiéndola:...