5.

47 6 4
                                    

Giré mi rostro encontrándome con el suyo.

-¿Qué mierda quieres?- Lo miré desafiante. Sus ojos turquesas se plasmaron en los míos verdes.

-¿Dónde vas tan deprisa?- Ese chico era tonto, ¿Dónde iba a ir? Mi amiga acababa de salir corriendo y yo me quedaba allí de brazos cruzados. En ese momento, vi al chico de cabello rizado salir por el mismo sitio que Astrid.

-Que me sueltes.- Me zafé de su fuerte agarre que dejó mi ante brazo con un tono algo rojizo, lo miré apretando mi mandíbula.

-Wow, vaya fierecita.- Me volvió a agarrar y prácticamente me arrastró hasta nuestro bungalow, le dio una fuerte patada a la puerta para abrirla mientras yo pataleaba y le daba en la espalda con mis puños.

-¿Qué quieres hacer?¿Qué pretendes?- Le pregunté algo asustada al ver que cerraba fuertemente la puerta tras él y me miraba fijamente.

Astrid.

Me acababa de destruir ver a aquel chico, de nombre creo que Harry se comiera prácticamente la boca con esa tipa. No tendría que haberme afectado tanto, pero lo hizo... Y en ese preciso momento solo supe echar a correr para que no viera nadie las lágrimas que soltaba por él. Mi llanto y yo escapamos y nos adentramos en el bosque, cuanto más profundo me condujeran mis piernas, mejor.

Encontré un fuerte, alto y robusto árbol, me dejé caer por el tronco del mismo hasta acabar sentada en el suelo, llorando, como una estúpida enamorada.

-Ei.- Una voz ronca resonó en aquel entorno, muy cerca de mí. Me sobresalté, limpié rápidamente mis lágrimas y al subir mi rostro, vi a Harry, el chico de cabello rizado y ojos esmeraldas, él que minutos antes se comía la boca de una zorra.-¿Por qué lloras?¿No te han dicho ninguna vez que los rostros bonitos nunca merecen ser manchados por lágrimas?- Se agachó a mi altura y me limpió algunas lágrimas. No podía medir palabra, me quedé totalmente paralizada al adentrarme en sus grandes ojos esmeraldas.

-G-gracias...- Notécomo mis mejillas ardían levemente, no podía enfrentarme a él como lo haría Ash... Simplemente porque soy demasiado tímida como para hacer eso.- Ahora... M-me tengo que ir...- Cuando más tiempo transcurría a su lado, más nerviosa me ponía, por lo que me levanté y decidir caminar hasta el bungalow.

-No he terminado de hablar contigo.- Me agarró del brazo e hizo que mi cuerpo girara. Chocó mi pared contra el tronco del árbol y apegó su cuerpo al mío.- Tienes un cuerpo realmente provocador, ¿Lo sabías?- Dijo en mis labios y me estremecí. Sus labios rosas y carnosos bajaron a la parte derecha de mi cuello dejando besos pesados y algún que otro mordisquito.- me encantan las chicas como tú.- Yo intentaba zafarme de su fuerte y musculoso cuerpo, pero todo lo que hiciera era inútil, me tenía completamente rodeada por sus brazos... Me había ido demasiado lejos de los bungalows, estaba anocheciendo y su presencia tan cerca de mí me incomodaba.

-¿Qué vas a hacerme?- Tartamudeaba mirándolo asustada.

-Vas a gozar como una perra en celo.- Esbozó y empezó a bajar sus manos por partes prohibidas para él. <Ash, ayúdame, por favor.>


Ash.

-¿Qué mierda te pasa conmigo?- Se acercó demasiado a mí, mi altura me dejaba en desventaja y realmente imponía.

-Me pasa que eres un cabrón, me pasa que chicos como tú me ponen enferma.- Mi subconsciente hablaba sin consultarlo antes, y su mirada me fulminaba poco a poco.

Camino Mortal. » H.s y L.t »Donde viven las historias. Descúbrelo ahora