Te VI

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Te Vi

Por

Micaela Bounchanavong

© 2010, Micaela Bounchanavong Quedan prohibidos, dentro de los límites establecidos en la ley y bajo los apercibimientos legalmente previs os, la reproducción t total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, ya sea electrónico o mecánico, el tratamiento infomático, el alquiler o cualquier otra forma de cesión de la obra sin la autorización previa y por escritos del titular del copyright.

A Annette Cossío, le dedico enteramente esta novela, sin ella no hubiese nacido esta historia A mis queridos admiradores, que sin ellos no hubiese podido terminarla. A mí querido amigo Francisco y a la persona que me siguió desde el primer relato, Angélica. No podría olvidarme de las personas que me leyeron en Todo Relatos (www.todorelatos.com). A Kay, quien me ayudo muchas veces. A Mimi que se merece esta dedicatoria por los fastidiosos momentos que la hice pasar. A mis más íntimos amigos, a mi hermana y a mi familia; que aunque no les interese y se rían de mi pasatiempo de escribir, ellos no podrían quedar fuera de estas páginas. A Lorena que me ha cedido la imagen de la portada.

7

Te vi, te amé” Recuerdo el día en que mi padre nos anunciaba que su empresa lo habían trasladado a España ascendiéndolo a ejecutivo de la empresa de electrónica en la que trabajaba, según decía, el saldo era jugoso, de unos treinta y cinco mil euros al mes, y con él nos llevo a nosotras, a mi madre; mi hermanita latosa y a mi. Recuerdo como lloré esas despedidas por parte de mis amigos de toda la vida; -¿Por qué debería dejar atrás toda una vida por algo que deseaba mi papa? ¿Si él era egoísta, no lo podría ser yo?- Así fue como a regañadientes me mudaron con ellos a Madrid, un nuevo lugar, un nuevo continente, gente nueva, todo nuevo para mi. Pero esa historia es muy pasada, porque ya después de dos semanas de asentarnos en aquella enorme ciudad tan distinta a mi Córdoba natal, esos madrilistas con sus formas tan rara de hablar, ¡coños!; pero vaya que era muy sexy su tonada. Después de esas dos semanas era raro que antes no me hallan enviado a la escuela lo antes posible, aunque para mi eso no sería una queja; me gusta estudiar, me gusta demasiado; soy adicta a los libros, no me gusta la palabra “nerd” pero… A diferencia de los demás adolescentes que conozco, pienso en mi futuro, en realidad más de lo que debería hacerlo, quisiera ser la presidenta de alguna empresa muy importante, sentirme poderosa, porque seguramente así se sienten la mayoría al alcanzar un puesto tan poco común. Por eso los trescientos sesenta y cinco días al año estudio, menos 8 los días festivos claro, son mis “minis” vacaciones, después de la satisfacción de haber sacado notas

altísimas. Pero mi vida dio un giro de trescientos sesenta grados cuando la conocí. En mi primer día de clases acompañada en el pasillo por mi madre y la vicerrectora, me perdí en sus ojos, ella que desplegaba tanta elegancia y glamour al caminar, detrás de ella, como se dicen: el grupito de amigas. -Seguramente es una de las chicas populares- pensé. Alguien como ella jamás miraría a alguien como yo, siempre creí ser asexual, porque nadie me atraía, pero por primera vez, alguien había cambiado mi rumbo. Creo que alguien con la belleza de ella movería hasta a un homosexual, es que es verdad, es hermosa, ¡bellísima!, no terminaría más con esos adjetivos de elogios: unos ojos penetrantes de color verdes azulados que parecen estar molestos porque muestran una mueca, cabellos lacios y ondulados en las puntas, de un castaño claro que bien merecen salir en cualquier propaganda de champú. Labios carnosos de color rojo, y una piel sedosa levemente bronceada. Me quede embobada siguiendo su recorrido sin que ella se diese cuenta ni un poco de mi mirada. Cuando llegó a una esquina la saludó un chico apuesto, alto, de cuerpo atlético, de un color castaño oscuro de cabello, la saludó con un beso. Él es… - “y claro Anne que pensabas… algo tan hermoso siempre tendrá miles de personas atrás, esperando siquiera llamar su atención”- ¿Sentí celos, envidia?... envidia; eso es lo que sentí. -Que suerte la suya-. Seguimos un poco más recorriendo hasta que llegamos a la oficina de la vicerrectora Carmilla, sí así se llamaba la señora morocha y delgada que hacia firmar a mi madre los papeles de esa escuela privada. - Acá, y otra acá, y Anne ya podrá ingresar a estudiar sin problemas. - De acuerdo - decía mi madre al tiempo que firmaba una gruesa hoja con cuatro ó cinco papeles más. Unos minutos después… - Julio - decía la vicerrectora dirigiéndose al profesor y llamándolo a la entrada del salón. - ¿Si Carmilla?- decía este, cerrando la puerta. - Tenemos una nueva alumna, es de Argentina, yo no podré presentarla, tengo una junta de profesores en otra institución. - Claro, lo haré yo, no hay problema. 9 El ruido que se escuchaba fuera de ese salón aturdía, parece que se estaban matando ahí adentro. - Bueno chicos, quiero presentaros a ...- me observó el profesor .

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⏰ Última actualización: Sep 28, 2010 ⏰

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