Capítulo 1:
Psiquiatricos, antidepresivos, drogas, vida en la oscuridad, no lo sé, sólo sé que podría ser peor.
Tú, mi querido amigo, el que está leyendo ésto, no quiero parecerte alguien a quien intente llamar la atención, sólo quiero decirte que mi vida es tan compleja como un rompecabezas de quinientas piezas. Podrás irte ahora, o esperar hasta el final de mi historia, ésta es tu oportunidad, juégala o desperdiciala en leer lo que viene a continuación.
Me temo que ya he empezado, tienes tiempo aún de marcharte.
Estoy en el psiquiatra, esperando a que la doctora Fletcher llegue al salón. El reloj era lo único que podía oir, ya comenzaba a estresarme. Entró alguien al salón.
-Dra. Fletcher- pensé.
Efectivamente, era ella, la castaña de ojos pardos y sonrisa inocente, me agradaba pero no era de mi confianza, jamás he soltado todo lo que tengo dentro con ella ni con nadie, pero no comenzaré con el tema aún.
-Hola, Chris. ¿Cómo has estado, pequeña?- Me preguntó la mujer, con una amplea sonrisa mirándo una hoja con mis datos.
-Bien.- Respondí, pero claramente no lo estaba, a veces debemos mentir para evitar más conlfictos, incluso más charla.
Pasó el tiempo, la señora sólo me preguntaba cosas como "¿Qué tal tu familia?", "¿Todo bien en la escuela?", "Deberías acercarte más a tu madre.", "Ya veo.." y cosas por el estilo, yo sólo acentía, pero lo único que escuchaba era el tick-tack del reloj. A los 45 minutos aproximadamente la mujer me dió una hora para otra seción en unas semanas más, y me repitió lo que debía hacer con mi vida social y lo que debía hacer con mi madre.
Me fui del hospital psiquiátrico con la hoja de la próxima cita en la mano, la arrugué y la boté a un papelero que me quedaba de camino. Puse mis manos en los bolsillos de mi chaqueta. Caminé hasta llegar a mi casa, quedaba a una media hora caminando del hospital. Cuando llegué mi madre estaba con un hombre el cual no conocía.
-Hola, Christina- Saludó mi madre con una botella de vino en su mano y su cabello completamente despeinado.
-¿Quién es él?- pregunté como si el hombre no pudiera oírme.
-Un amigo.- dijo mi madre riéndo con aliento a alcohol, entonces comenzó a besar al tipo.
Puse los ojos en blanco y me dirigí a mi habitación lo más rápido que pude para evitar estar presente en su posible acto sexual. Me encerré en el cuarto y me tumbé en la cama mientras veía el techo. Recordé que tengo a alguien a quien llamar, Daniel. Tomé mi móvil y marqué su número, lo llamé y me contestó.
-Chris, son las diez de la noche, ¿Qué quieres?- preguntó con voz de recién despertado.
-Lo siento, pero necesito que nos juntemos.- Le propuse.
-¿A qué hora?
-Ahora mismo.- Le respondí y él aceptó.
Corté la llamada y me alisté lo más rápido que pude. Daniel me ha visto hasta en ropa interior así que no creo que sea necesario arreglarme tanto como suelen acerlo la mayoría de las chicas. Me puse un abrigo y bajé a la primera planta de la casa, vi a mi madre en un pleno orgasmo con el hombre al que llamó "amigo", estaban en el sofá, caminé como si nada y salí del área llamado "hogar". Fui al pequeño parque en dónde siempre me reuno con Daniel, lo vi, ahí con su cara pálida y su naríz roja del frío.
-¡Chris!- gritó mientras corría a abrazarme, Daniel suele ser así de exagerado.
-Hola, Dan.- Respondí.
-¿Puedes decirme ya qué es lo que ocurre?
-Daniel, no ocurre nada nuevo, sólo quería verte, es todo.-respondí con la mirada baja.
Podría ser que sintiera algo por Daniel, es tan sólo que lo dudo, sólo le tengo cariño, demasiado cariño, pero es porque es mi más apreciado amigo -y el único, de hecho-
-Bien, ¿Quieres algún café?- me preguntó rodeandome por la espalda con sus brazos.
-No, gracias.- negué
Lo acompañe a un puesto de dulces -en dónde vendían vasos de café- y se compró uno para sí, luego de eso caminamos un rato y hablamos de la vida, del suicidio -un tema que realmente no s tema- y nos columpiamos un rato en los juegos del parque. Me sentía feliz con él a mi lado, me siento bien cuando estoy a su lado, incluso cuando pienso en él me siento feliz. Espero que eso no sea amor, espero que sea sólo cariño. Cariño a Daniel, a mi Daniel.
A las horas después regresé a casa, Dan me fué a dejar a pie, y caminabamos abrazados ya que el frío era insoportable. Cuando llegué a casa nos despedimso mutuamente.
-Adiós, Daniel. Cuídate.- Dije mientras entraba por la puerta.
-Adiós, Chris. ¡Igual tú!- Respondió.
Cuando cerré la puerta me dirigí a las escaleras y las comencé a subir hasta llegar a la segunda planta y encerrarme en mi habitación, o en mi mundo. Me tumbé en la cama y me cubrí con las sábanas. En unos diez minutos quedé dormida... Unos veinte minutos después oí gritos que provenian del primer piso, eran femeninos así que supuse que eran de mi madre. No era una clase de grito orgásmico, sino que era un grito de desesperación, el hombre... él acababa de gritar "cállate!"... me levante rápidamente de la cama y abrí mi puerta...
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Bueh, esta es mi primera "novela", I don't know.
No sé si tiene mucho sentido pero bueeeeh'.
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Don't cry.
Science FictionHay historias en donde no hay finales felices, sólo finales.