No Me Elijas, Si Luego No Sabes Aguantarme... (provisional)

Introducción

Pasamos juntos a mi habitación, a lo que el cerro la puerta. Me lanzo una mirada que provoco que mi piel se erizase, empezó a caminar lentamente hacia mi cuando me beso, casi no me lo podía creer yo pensaba que el era hetero y que jamás tendría ninguna posibilidad con el pero parecía que me equivocaba. Nuestro largo beso acabo con una mirada profunda a nuestros ojos mientras nuestros labios se separaban.

A lo que me dijo: -Estoy enamorado de ti. Todo parecía tan ideal que no podía pensar a lo que volvimos a juntar nuestros labios como respuesta. Me cogió la mano y se sentó en mi silla, haciendo que me sentara encima de el, cara a cara, volviéndonos a besar se quito la camiseta, dándome a entender que podíamos ir a mas.

Ya se me caía la baba solo al ver esos abdominales pero es que los ojos que tiene si que me vuelven loco. También me quite la camiseta para continuar besándole en el cuello a lo que me baje de encima y comencé a bajar lentamente por su abdomen hasta llegar a su pantalón, el cual le quite y comencé a tocar aquella parte que tanto ansiaba por poseer. Volví a darle un ultimo beso antes de comenzar a sucumbir al pecado de la carne. No podía creerlo era todo tan perfecto... Al fin era mío, por fin todas esas noches que pase con el en mis sueños se estaban haciendo realidad.

Su cara de placer ante lo que le hacia no tenia precio, podía notar como se mordía los labios y su vientre se contraía, le escuchaba jadear y que sus manos me tocaran la cabeza para hacerlo mas profundo... No tuvo piedad y eyaculo dentro de mi boca y obligándome a tragar hasta la última gota.

Yo pensé que la fiesta ya había acabado pero me susurro al oído: -Prepara la cama que te lo voy a hacer como nunca te lo han hecho...

Y así hice, me quite la poca ropa que me quedaba y el se coloco detrás mío empezando a darme un masaje e introduciendo uno de sus dedos dentro de mi. Mi mente entro en éxtasis y ya comencé a jadear, estábamos en el suelo descalzos y apoyados en la cama mientras el me proyectaba su calor. Se dejo de tonterías y escuche como se rasgaba un plástico, me di la vuelta y ya se estaba colocando el condón, empezó a introducirlo dentro de mi, al principio me quejaba pero poco a poco me fui acostumbrando, mi respiración junto con mis pulsaciones se agitaban, acelero el ritmo, su vientre se volvía a contraer junto con el mío mientras me agarraba del pelo con su mano derecha provocando que me corriera sin tocarme.

Fue todo tan perfecto que me dio lastima que fuera solamente un sueño.