Tan breve que dolía

5.

Poco a poco fui interesándome por todo aquello que le rodeaba. Sus amigos, su familia, sus gustos...
Pero el siempre tenía un límite, como una pequeña bomba de información, como un libro con candado que solo daba pequeñas dosis de si mismo.

Tan transparente como siempre, yo le habría las puestas a mí yo interior y le dejaba pasear por todos mis pasillos como si de peligro no se tratara.

Tengo miedo, le dije a Sarah la primera vez que le hablé de él.
Me da miedo no poder parar esto que siento y dejarme llevar tanto que me pierda a mi misma por intentar conseguirle a él.- Le dije varios años más tarde de que todo esto empezara.

Ella con ese brillo en la mirada me contestó.-
Por fin hablas de aquel que se llevó tu corazón. Por fin hablas de aquello que sientes y por fin te das cuenta de lo dañino y peligroso que es.
Nailu, vive tu vida y déjate llevar, es lo último en lo que pensarás el día en el que mueras.

Que razón tenía. Ese día ha llegado. Y hoy solo pienso en aquellos momentos de inmensa felicidad y agonía.