Si tú eres feliz...
Samuel.
Te acercas lentamente y mi cuerpo se estremece. Un paso, otro, y otro más. Estás a mi lado, y aunque no lo creas, mi pecho se hace un nudo y empieza a palpitar frenéticamente.
Se lo que me vienes a decir, al igual que también, con el paso del tiempo, he aprendido que no puedo hacer nada para evitar mis sentimientos, por eso, no puedo escapar de eso que estás a punto de decirme. Tu cara refleja felicidad, y por una vez en mucho tiempo, me permito sonreír.
-Hola, chiqui.- Te saludo como si nada, aunque dentro mío, algo está muriendo, mas sonrío como si nada. Tú eres feliz... ¿Verdad?.
-Hola- Me sonríes de vuelta, y mi corazón parece volverse loco. Eso ya no me sorprende. ¿Cuántos años llevo enamorado de ti?. Creo que ya perdí la cuenta.- Tengo algo que decirte, ¿podemos caminar?.- Parecías nervioso, pero nunca imaginaste que yo ya sabía lo que era. Solo con mirarte lo adiviné.
-Claro- A cada paso que daba, las ganas de darme la vuelta y correr a esconderme aumentaban, y si, aún cuando yo, era un hombre de algo más de 23 años, quería correr para así, de una manera imaginaria, conseguir escapar de esto.
Estuvimos un largo rato caminando en silencio. Tú no hablabas, quizás por miedo, quizás por vergüenza, quizás por... todo. ¿No sabías ya, después de tanto tiempo, que yo te apoyaría en todo, sin importar lo que fuese?.
Seguimos caminando por un rato más, y nos detuvimos en un banco. Sin previo aviso, agarraste mi mano y una sonrisa tonta se apoderó de mi, segundos después, esta se esfumó al recordar que mis deseos sobre ti jamás se podrían cumplir, mucho menos ahora.
Miré al frente, y me fijé en que el Sol se estaba poniendo, creando así una majestuosa combinación de colores, donde resaltaba el carmesí y un potente naranja.
-Es hermoso- Susurraste a mi lado, y yo no pude evitar mirarte y pensar en ti cuando dijiste lo de hermoso.
-Si, lo es- Hablé sin darme cuenta, y tú, claramente, creías que me refería al atardecer, estabas tan equivocado...
Aún seguía esperando a que hablases y me contases aquello que me rompería en mil pedazos, seguía esperando atentamente a que esas palabras hirientes -aunque tú no lo supieses- salgan de entre tus labios, y que seas feliz.
-Samuel...- "Aquí vamos". Pensé- Yo...- Suspiraste pesadamente y fue entonces cuando confirmé que no te sentías nada seguro.- ¿Tú qué dirías si me gustase un chico?- La pregunta tan repentina me sorprendió, ya que yo creía que me lo dirías directamente. ¿No fui yo, al fin y al cabo, quién te lo presentó?.
“Aunque, quizás, si supiese donde habría llegado esto, si hubiese sabido que te arrebatarían de mis brazos, no lo hubiese hecho”- Pensé tristemente. Si, sonaba egoista, pero ¿quién quiere que le quiten lo que más quiere?.
-¿Yo?- Me intenté mostrar sorprendido y que no sabía nada del tema. Creo que funcionó ya que tú no sonreíste como siempre hacías. Estabas bastante nervioso, a decir verdad.- Pues... no se, supongo que bien. Eso no cambiaría nada- En realidad si. Cambia el que yo estaré roto dentro de nada, pero aún así, seguiré ahí, para ti.- ¿Por?- Te cuestioné con la intención de acabar cuanto antes con esto.
Tus dedos se unieron en un gesto nervioso, y aunque me gustaría aliviar eso, estaba paralizado, esperando el certero golpe.
-Es que... verás- Dudaste de nuevo, y estaba a punto de levantarme y gritar que ya lo sabía todo, pero me contuve.
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Si tú eres feliz.
FanfictionSamuel sufre en silencio por su amor no correspondo. Guillermo nunca supo nada, y cada día es peor para Samuel. Pero, ¿las cosas pueden cambiar o, sin embargo, todo empeorará?. En ese momento, Alex aparece en la vida de Guillermo, gracias a Samuel...