Azul Petróleo

CAPITULO II

CAPITULO II

Cómo todo sueño comenzó de maravilla, ella me mostraba las mieles de unirme a su mundo, me dejaba ver los suficiente de ella para mantenerme intrigada, preguntándome ¿qué tan lejos se puede llegar? Y al principio el costo era mínimo, lo que yo aún no entendía es que todo estaba fríamente calculado por ella, que yo no era la primer chiquilla en caer en sus manos, que sabía perfectamente como hacer para que cada vez volvieras suplicando un poco más por ella, que te dejaba sentir que tú tenías el control, que tú desidias hasta donde y cuando, pero no era así...

Aún así, me deje enamorar por su atrayente mundo y me sumergí de lleno y sin mirar atrás, lo primeros cambios fueron difíciles pues me someti a una restructuración completa de hábitos, por unos meses mi vida se trataba de hacer todo lo que me dictaban sus reglas, romperlas (por qué soy humana) y después nadar por horas en llanto y culpa seguido por autolesionarme y era ella la voz en mi cabeza, que como una madre me decía que esto me pasaba por desobedecerla que todo sería más fácil si solo me rendía a ella y abandonaba todos los pensamientos que había una mejor forma, una más fácil y me tapizaba el cerebro con "nadie dijo que seria fácil". Si al principio valió la pena, la gente de pronto me considero "genial", "bonita" me volví popular, lo que ellos no entendían es que la única razón de eso era que me podría lentamente por dentro que de día todo era alagos y ser popular, pero de noche ella venía a mis sueños a atormentarme y que en la resaca se me hundían las tripas hasta la espalda y tenía jaquecas todo el tiempo, era como ir del cielo al infierno en un brinco, eso era todos los días...

La verdad es que mientras ella danzaba lentamente hasta a ti y te mostraba lo maravilloso de tenerla en tu vida, tejía una red dentro de ti donde instalaba un goteo constante de recriminación y culpa con dosis alta de dependencia que te enfermaba lentamente hasta que te volvías un grito de auxilio sin voz, un remiendo de persona, solo una sombra de lo que un día pensaste ser.
Y cuando no queda más de ti para ella, se divierte exprimiendote lo poco que queda de tu desencia.