~Marley y yo~

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   Aquel sábado Lauren había decidido ver una película de humor. No era su género favorito pero era una excelente manera de relajarse después de una semana interminable en la universidad. A veces el mundo universitario podía llegar a ser exasperante para la joven así que cuando se dio cuenta de que necesitaría un pasatiempo, pensó que lo mejor era ir al cine cada semana en vez de ir de fiesta y emborracharse como sus compañeros. Lo encontraba mucho más sano y divertido, teniendo en cuenta que le permitía estar sola, encontrarse consigo misma. La ojiverde no era una persona antisocial; digamos que muy poca gente le parecía interesante. Quería dejar de ver a todas estas falsas personas perfectas que trataban de adaptarse a la norma de la sociedad. Quería encontrar algo _ alguien _ original.

   Estaba esperando a que empezara la película, viendo como la sala se llenaba lentamente, y se sorprendió al sentir que alguien se sentaba a su lado. Estaba acostumbrada a estar sola ya que siempre se sentaba en el fondo de la sala. En su opinión era el mejor lugar para ver la pantalla. Hasta ese momento no había visto a nadie hacer como ella.

   Giró la cabeza y vio la figura de una morena. No podía verla bien porque las luces ya estaban apagadas. Volvió a dirigir su mirada hacia la pantalla y no pensó más en la chica a su lado. Después de todo, ella también tenía derecho a sentarse atrás.

*

  La película ya había empezado y la magia del cine hacía que Lauren se olvidara de todo lo que la rodeaba y se reía con los personajes. La única cosa que le recordaba que estaba en una sala de cine, en el mundo real, era el cubo de palomitas que sostenía en su regazo. Se había felicitado interiormente por no haberlo terminado durante los comerciales. Comía sus palomitas lentamente sin despegar la vista de la pantalla hasta que sintió que su mano tocaba algo más suave y cálido dentro del cubo. Se asustó un poco pero cuando bajó la mirada, vio que se trataba de otra mano. La de la chica sentada a su lado.

  La mano se retiró lentamente del cubo, llevándose unas palomitas de Lauren quien siguió el movimiento con sus ojos. Aún no lo podía creer. La chica le estaba robando palomitas. Sin embargo, las palomitas dejaron de importarle tanto cuando vio los labios que se abrían para recibirlas. La morena seguía con la mirada fija en la película y la luz de las imágenes iluminaba su rostro de forma irregular. Fue suficiente para que Lauren notara la belleza y sensualidad de unos labios carnudos.

¿En qué estás pensando, Lauren? , se regañó mentalmente. Esa chica le estaba robando palomitas descaradamente y encima la estaba ignorando por más insistente que fuera su mirada sobre ella. Después de un instante pensando en algún comentario que hacerle a la chica, decidió dejarlo así. A fin de cuentas, le parecía divertido y, ¿quién sabe? A lo mejor la chica estaba tan enganchada viendo la película que ni se daba cuenta de lo que hacía.

   Justo cuando Lauren se dispuso a seguir viendo la película, un sonido le llamó la atención y su corazón tuvo una reacción que la extrañó bastante. Era la risa de la ladrona de palomitas. La ojiverde se quedó embobada al ver estos labios perfectos curbarse, formando una sonrisa que iluminaba la sala entera. O por lo menos así lo vivió Lauren, quien se obligó a volver a prestar atención a la película mientras su corazón latía con fuerza.

  La película llegó a su fin y la chica misteriosa salió de la sala antes de que volviera la luz, dejando a una Lauren desconcertada. 

Pop Corn (Camren AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora