Capitulo #4

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Cuando desperté aun estaba en el avión, no sé qué había pasado con los calmantes, se supone que debería despertar cuando ya hubiéramos aterrizado.

– ¿Cómoda Adkins? – Dijo Simón con un tonó sarcástico. Y entendí porque lo dijo, ya que estaba arrecostada en su hombro. – Creo que dejaste un poco de saliva en mi hombro – Dijo riéndose.

– Que gracioso – Dije acomodándome en mi asiento. – ¿A qué hora llegamos? – Pregunté.

– En realidad no lo sé, mientras tú estabas durmiendo hubieron varios problemas técnicos – Dijo serio.

Oh no.

– Parece que un motor derecho del avión está fallando – Prosiguió.

– ¡¿QUÉ?! – Dije en un grito. Ok ahora si estaba muy alterada.

¡He visto en tv catástrofes aéreas y el final no es bueno!

 – ¿Y porque nadie está nervioso? ¿Acaso me estas jodiendo? – Hable rápido, casi no se me entendió por lo nerviosa.

– Nadie sabe lo que está ocurriendo adele, la mayoría tienen sus auriculares puestos, otros duermen. Además conozco a una Aeromoza que me dijo lo que pasaba.  – Dijo muy serio.

¡Mierda era cierto!

No podía moverme estaba ferrada a mi asiento, Sentía que iba a morir. ¡IBA A MORIR! Era muy joven… no podía morir ahora, no había encontrado al amor de mi vida, no me había casado, no había tenido hijos. Los cuales siempre les quise poner  “Angelo y Angelica” ¿Ahora quien estaría a cargo de louie? ¡No puedo morir! ¡Aun no he conocido a beyonce en persona!

 Estaba tan nerviosa, tan asustada, ¡Tan asustada!  Que Simón me miraba de reojo y lo notaba.

– Adele, necesito que prestes mucha atención.  Escúchame bien, es de vida o muerte.  – Dijo Simón mirando a todos lados.

Hasta Aquí llegue… Pensé con mucha seguridad. Hoy moriré.

– Quiero que memorices esto…– Hiso una pausa, con una cara de preocupación. – Todo esto era una broma– Después de haber dicho eso se comenzó a reír y mi sangre estaba hirviendo.

Lo iba a matar.

– ERES UN HIJO DE LA GRAN P…– Antes de que terminará la oración el piloto del avión habló y dijo:

Señores pasajeros estamos a punto de aterrizar, por favor, permanezcan en sus asientos.

 – ¡Solo fue una broma! – Dijo entre carcajadas – ¡Tenias que ver tu cara! – Volvió a reír.

Si me dieran cualquier cosa solida en este momento lo golpearía.

 – ¡Idiota! – Giré los ojos. – Ya madura – agregué.

Solo le rogaba a Dios que ya fuera viernes por la mañana para no tener que volver a verlo. Era el primer día y ya me quería ir. Genial…

El avión aterrizó, bajamos, esperamos a que nos entregaran el equipaje y un auto nos recogió y nos llevó hasta El hotel en donde nos quedaríamos.  En la trayectoria del camino hasta llegar a nuestro destino ignoré por completo a Simón. Cuando llegamos el hotel de verdad que era muy hermoso. Nos bajamos del auto y fuimos hasta la recepción del hotel donde nos atendió un chico con aspecto gay. 

– Buenas tardes, ¿En qué puedo ayudarlos? – Dijo el recepcionista.

– Tenemos reservación para dos habitaciones a nombre de Edward Konecki y Adele Adkins – Respondió Simón.

El recepcionista empezó a buscar en la computadora las reservaciones. – Disculpe pero solo hay una reservación de habitación a nombre de Edwar konecki, en la lista no hay ninguna reservación a nombre de Adele Adkins. – Agregó.

– Disculpe, pero debe haber una equivocación, estoy segura de que reservé una habitación en este hotel – Dije con un tono molesto.

– Lo sentimos pero en este hotel no hay reservación a su nombre. –

– Ah no lo puedo creer, lo que faltaba. – Respondí molesta – ¿Y no hay otra habitación disponible? – Pregunté

El recepcionista verifico y dijo – Lo sentimos, ya no hay, en esta temporada hay muchos turistas. –

– Mi habitación es amplia, tal vez…– Interrumpí a Simón.  

– ¡Ni lo pienses konecki! – Le advertí.

– Okay… Okay… – Dijo con un tono divertido. – ¿Entonces donde dormirás?, es el único hotel cercano a la zona en donde será la inauguración. –  

El muy idiota tenía razón…

– Asegúrate de dormir tres metros lejos de mí. – Eso fue lo último que le dije, el recepcionista me dio la llave de la habitación, la tomé y me dirigí al ascensor.  Una vez adentro, las puertas del ascensor estaban a punto de cerrarse cuando Simón las detuvo entrando.

– ¿Pensabas irte sin mi? – Pregunto Simón.

– Eso pensaba – Le contesté marcando uno de los botones del ascensor, el piso 5 para ser exacta.

– Adele, se que comenzamos mal, pero no estaremos así en todo el viaje. – Dijo serio. – Tal vez podamos…– Lo volví a interrumpir.

– Simón vine a un viaje de trabajo, no a hacer amigos – Le dije lo más cortante.

 – Sé que estás molesta por lo de la otra vez, de verdad quise disculparme. – Aclaro Simón.

– Simón, no quiero tocar ese tema. – Le respondí.

De verdad no quería recordar lo que pasó.

– Sé que querías que yo…– las puertas del ascensor se abrieron y salí de ahí dejando atrás a Simón ignorando por completo lo que estaba diciendo.

–…Te besara – Dijo Simón terminando la frase. – Pero te besaré algún día adkins…– Dijo saliendo del ascensor.

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Days in the Office ...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora