Bueno, antes que nada quiero avisar que en comparación con otros smut que he escrito este es bastante tranquilo. Digamos que es uno de los primeros que hice antes de empezar a dejarme llevar más con esta categoría de escritura pero bueno, se merecía un lugar acá, así que sin más que decir ¡que lo disfruten!
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- ¡Clifford! - oí el potente grito de la profesora y me exalté al despertar.
- Margaret, usted sabe que la quiero, pero no es necesario asustarme así - la clase rió y la profesora apretó los labios.
- Profesora Jones, Clifford, me debes respeto y debes estudiar más y parrandear menos.
- Es difícil, tengo una gran agenda de parrandas que cumplir.
- Lo digo enserio jovencito, quizás tienes tus mañas para arañar apenas la nota mínima y no asistir a la escuela de verano con otras asignaturas, pero conmigo no funcionarán, o te pones a estudiar y sacas una buena nota en el examen o nos veremos las caras durante el verano.
- ¿Y cómo se supone que me prepare para ese gran examen en tan poco tiempo? - ella levantó la vista.
- ¿Señorita Wilson? ¿sería tan amable de darle tutoría a este pequeño cavernícola? - algunos contuvieron la risa, una mirada dura de mi parte bastó para cerrar sus bocas.
- Con todo respeto profesora, tengo mejores asuntos que atender que intentar enseñar a un bruto a sumar dos mas dos.
Un coro de 'uhhhhh' se hizo escuchar en el salón, moví un poco mi asiento para mirar directo a la chica que había hecho ese comentario. Sentada en el pupitre frente al pizarrón estaba una chica con largo cabello castaño mirando a la profesora con el ceño fruncido, sus ojos estaban protegidos por unos lentes rectangulares de marco negro, oh sí, la pequeña niña buena _____ Wilson.
- Oh vamos, _____, te encantaría poder pasar un rato a solas conmigo - ella alzó una ceja y yo le dediqué un gesto con mi lengua a lo que puso los ojos en blanco.
- Eres un cerdo arrogante, Gordon - ¿me había llamado por mi segundo nombre? chica dura.
- Aunque comprendo que la compañía del señor Clifford no sea muy grata para alguien como usted - interrumpió la profesora nuestra charla - eso la ayudaría bastante con su solicitud para Harvard.
La expresión del rostro de _____ cambió a completa derrota cuando oyó las palabras de la profesora, volvió a mirarme y yo arqueé ambas cejas una y otra vez con una sonrisa burlona en mi rostro, ella resopló.
- Está bien, veré que puedo hacer por Brutus Clifford.
- Se lo agradezco señorita, y usted señor Clifford más le vale escuchar las instrucciones y enseñanzas de la señorita Wilson, o ya sabe lo que pasará - me apuntó con el dedo. - La clase ha concluido.
Antes de concluir la oración ya todos se encontraban guardando sus cosas, yo metí de forma desprolija las hojas en blanco y el lápiz que tenía sobre el pupitre mientras me levantaba y caminaba hacia la parte frontal del salón. Colgué mi mochila de un hombro y me acerqué a paso lento hasta el pupitre de _____.
Con aire despreocupado y casual apoyé mis codos sobre la superficie de madera, _____ levantó la vista de su mochila y alzó una ceja.
- ¿Qué? - dijo aburrida.
- ¿Cuándo me darás mis clases? - sonreí.
- ¿Harás de cuenta que te importa la escuela?