Momento Incomodo

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NARRA ANNABETH

La habitación era grande, tan grande como la planta baja de mi casa, las paredes eran de un color pálido como si no les gustara que hubiera diversión aquí, hay cuatro camas cada una en una esquina con sábanas blancas, al lado derecho había unas pequeñas escaleras que conducían al baño el cual no era muy diferente al que tenemos en casa, además de la puerta el único método de escapatoria seria la ventana pero las personas que construyeron la escuela había sido lo bastante listos al construir los dormitorios a una altura en la que ni un estúpido se animaría a saltar, así que por lo menos estaban seguros de que nadie escaparía claro a no ser que su escapatoria fuera el suicidio, coloque mi maleta sobre la que ahora sería mi cama y comencé a desempacar, Iris se apresuró para colocar algunas cosas en el cuarto de baño

-que haces tú aquí?-sabía que conocía esa voz aun que no recordaba de donde así que me gire para descubrirlo, frente a mí se encontraba el mismo chico con el que había peleado esta mañana

-con quien hablas?-Iris baja por las escaleras de baño mirando en la dirección donde se encontraba aquel chico después poso su mirada en mi-quién eres?-pregunta ella volviendo a mirar al chico

-aparente mente su compañero de habitación-mientras decía esas palabras no dejo de mirarme y estoy comenzando a sentirme incomoda con su presencia

-porque no me has espe…-otro chico entro a la habitación pero dejo de hablar en cuanto miro a Iris-hola Iridian

-hola Gustavo-saludo mi amiga con sus mejillas enrojecidas cosa que solo le pasaba cuando hablábamos  de mi hermano, el problema es que mi hermano no estaba cerca

-la conoces Gustavo?-pregunto el morocho a mi lado

-si-contesto  Gustavo sin apartar la mirada de Iris-es la chica con la que estaba platicando en la planta baja

-ya entiendo

-Annabeth-Iris comenzó a menear su mano frente a mi, cuando por fin la mire ella continuo hablando-iré a la dirección para que me den los uniformes

-claro-dije aun sin asimilar bien su pregunta, la verdad es de que por alguna razón me incomoda el tener los ojos azules del chico morocho sobre mi

-yo te acompaño-se ofrece Gustavo a lo que los dos salen de la habitación dejando un profundo silencio e incomodidad entre el chicos de ojos azules y  yo

-supongo que debes de estar brincando de la alegría muy dentro de ti-su voz seductora y varonil provoco que mi bello se erizara eso provoco que lo que fuera que iba a decir se me olvidara

-por qué lo dices?-genial, ahora había preguntado la cosa más estúpida de todas, estoy segura que causa este efecto en todas las chicas

-no lose, cualquier chica en su sano juicio estaría feliz, tu, me tienes aquí en esta habitación y bueno, no hace falta decir que estamos completamente solos

-y que te hace pensar que a mí me agrada la idea de estar sola con un chico Impulsivo, Irrespetuoso, Provocativo, Mujeriego, Egocéntrico, y Vicioso.

-tu no me conoces-siseo con  amargura, su tono gentil y seductor había desaparecido

-no, pero tampoco quiero hacerlo

-acaso no sabes quién soy?-grandioso su tono de antes había regresado, no conteste a su pregunta mientras más rápido lo ignorara más rápido me dejaría tranquila-soy Logan Jackson hijo del empresario más famoso y rico de todos los Estados Unidos

-eres diferente a tu madre-tener que conocer a  el hijo de  Isabel en estas condiciones no parecía una buena forma de iniciar una a mistad

-todo el mundo me lo dice, pero como es que tú conoces a mi madre?

-tú lo has dicho tu padre es uno de los empresarios más famosos de los Estados Unidos, así que todo el mundo debe conocer a su esposa-no contesto nada y pude sentir un gran alivio cuando separo sus ojos azules de mí y se dedicó a acomodar su maleta, Isabel tenía razón, su hijo era un rebelde  y a pesar de que ya tenemos pocos minutos de conocernos algo dentro de mí me dice que ya lo estoy odiando. Hubo un momento en el que me descuide de lo que él estaba haciendo cuando me di cuenta Logan estaba sacando parte de mi ropa de uno de mis cajones

-te molesta?-pregunto como si yo fuera a contestarle “ no anda saca mi ropa  es un gran honor para mi”

-claro que me molesta, estas tocando la ropa de mi cajón

-en realidad no, tomaste un cajón de más, pero para que veas que soy muy buena persona lo compartiremos-sonrió dejando al descubiertos sus relucientes dientes blancos como las perlas del mar, quería protestar pero no lo hice por dos simples razones, la primera, el tenía razón con respecto a que yo había tomado un cajón de más y la segunda, su estúpida sonrisa no me dejaba pensar coherentemente, así que no tuve más remedio que aceptar su trato antes de que comenzara  a babear .

Cuando Un Hombre Se EnamoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora