Mírame a los ojos Noél

Capítulo 1: En la mira

Un niño ¿qué pueden esperar de un niño? Apenas está aprendiendo a crecer y a controlar sus hormonas, que, extrañamemte vienen antes de tiempo, pero creo que ese no es mi caso; regresando al tema, un niño apenas está aprendiendo a defenderse, aunque, siendo yo, me siento un edición Mister Musculo ilimitada. Mis padres esperan mucho de mí, y no les quito la idea, vamos, soy el único hijo, dar todo de mí para el orgullo de mis padres es lo que puedo hacer para agradecerles.

El tiempo es agradable para la familia O'connel, hasta que... Todo simplemente se desborda. Pero no les voy a adelantar la historia, simplemente quiero que la miren, no solo desde mi punto de vista, Imagínense que es el suyo...

Mañana del día miércoles 7 de Noviembre de 2018

—¡Noél a despertarse!—Me dan pequeños golpes en los pies—¡Vamos, tienes que ir a estudiar!

—Sí señora—Digo medio somnoliento intentando abrir mis ojos para poder ir a bañarme.

—No te vuelvas a dormir Noél—Me hace una advertencia señalandome con su dedo índice para luego ir a cocinar.

—Ya me levanté.

Ahora a comenzar la acción diaria: bañarme, colocarme el uniforme, desayunar, lavarme la boca y estar listo para que me lleve mi papá.

—¡Papá ya estoy listo, podemos irnos!—Recojo mi morral rápidamente.

—Ya voy Noél, me voy a alistar.

Mi papá comienza a cambiarse con un traje informal, saca el auto de la cochera y me lleva hacia la escuela, entro y me dispongo a sacar los cuadernos para la clase.

—Pueden ir sacando una hoja y colocando su nombre, vamos a hacer un cuestionario—Acaba de entrar la seño y ya nos va llenando de malas noticias.

—Pero como sé que ni la mayoría leyó las clases pasadas les daré media hora de repaso, así que empiecen que voy a calificar.

Todos comenzamos a repasar rápidamente, la gente leía de manera muy ansiosa y eso que los grados mayores dicen que apenas estamos empezando, puesto que, teniendo 12 años, no hemos vivido ni la mitad de lo que se debería.

Empezamos los exámenes y en realidad, creo que me fue muy bien, no es por presumir pero soy muy bueno en esto, pero viéndolo bien, creo que sí sono algo presumido.

Después de un tiempo comienzan a entregar las pruebas, llamando uno por uno y por suerte vengo yo.

—Noél—Me levanto de mi puesto moderadamente aunque un poco sonriente—Bien hecho Noél, felicidades.

—Muchas gracias profesora—Me despido amablemente mientrás voy a mi puesto.

—¿Cómo nos fue profesora?—Dice Matías desde el fondo del salón.

—Debería interesarse en solo saber como le fue a usted, pero si quiere andar de fisgón les fue bien a todos.

—Gracias—Dice algo molesto ante tal respuesta.

Ya es hora de recreo y no faltan muchas clases, siento que aún no termino, pero mañana es jueves y luego viernes y salimos, por dos días, pero son dos días de descanso escolar.

—Hey Noél vamos a salir—Me dice Matías desde la entrada del salón.

—Sí, deja y guardo el cuaderno y los lapiceros.

—Pero apurate.

Bajo después de que termino de guardar todo y me choco con la maestra, un asunto que sinceramente me detiene entre ir a comer usando mi descanso para nada y sus palabras que, siendo honesto, ni me interesan.

—Lo lamento maestra—Le digo por el choque.

—Está bien Noél, pero que no vuelva a suceder—Me señalo con el dedo mientrás ruedo los ojos.

—Sí señora.

—Así se le habla a una madre.

—Señora, creo que se equivoco, debió de decir profesora.

—Lo siento, mi error, es que me haces recordar mucho a mi hija Katterin.

Enserio está señora es extraña, ¿en qué me puedo parecer yo a una Katterin?, es decir, no hay sentido, además de que esa Katterin sea agradablemente genial.

—Sí claro, que coincidencia, pero ahora debo ir al recreo—Le explico cuando señalo la cafetería.

Corro hacía Matías y el resto de chicos que se encuentran comiendo y yo me veo haciendo una fila para poder repetir ese mismo acto, un hecho simplemente hermoso, que se le note el sarcasmo.

Ya han terminado las clases finales y ya están por venir a recogerme y darme mi delicioso almuerzo que, en este caso prepará mi mamá, puesto a que hoy es su día libre y es que me encantan sus almuerzos, no sé si solo es porque son de ella, pero siempre los siento deliciosos.

Mi espera se hace eterna y es que he sentido este día largo, aunque algo extraño, porque, para mi sentido, que una profesora haga cuestionarios personales no es tan extraño, pero escribir a que hora salimos del colegio, si somos alérgicos a algo, que comemos de desayuno y a que hora no están nuestros padres en casa, eso, eso no es normal y peor, que es para su beneficio personal, pero sinceramente no entiendo.

Con cada día siento como si esos cuestionarios son un espécimen de prueba para ver si somos actos para el salón en que estamos o para unas medallas o menciones de honor por parte de la profesora, pero en serio, no sé, solo siento que con cada uno de esos cuestionarios que completo es como si pudiesen mirarme o vigilarme por allí, es extraño pero cierto.

Nota: no desconfíes de tus instintos, en mucho casos, ellos suelen tener la razón...
...Noél