Alexandra, una vampira en una manada.
Se resignó a su vida permaneciendo alejada y callada.
Hasta que cosas cambian inexplicablemente.
Su hermana asesinada, su hermano vuelve, a quien conoce desde pequeña se transforma.
Todo cambia, pero su vida ti...
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Continúo siguiéndolo, aunque cada vez se hace más lento hasta tal punto de caer rendido entre la tierra y hojas del bosque.
—Scott— llamo una vez que llego a su lado.
—Se acabó— dice bajo —Todo se acabó, ella me vio—
—Nada ha acabado y lo sabes—
—Ella me vio, sabe que soy un monstruo— explica.
—Eso no es cierto— me quejo —Eres un hombre lobo—
Lo miro tener un berrinche y golpear las hojas. Nos adentramos a la veterinaria, donde él se queda pegado en la pared solo para empezar a lamentarse, odio la autocompasión.
—Oye, sé que es otro punto en la lista de los problemas pendientes, pero concéntrate ¿sí? Peter de seguro estaba en la fiesta y envié a Stiles a buscar a Lydia, quien salió en medio de todo esto, aún Stiles no responde y no sé nada sobre que habrá pasado, debemos ir a buscarlos—
—Qué más da ahora— suelta.
—Escucha McCall, no es el estúpido fin del mundo. Stiles no responde lo cual es preocupante para mí, no sé nada de Lydia o Jackson, Derek también está desaparecido y Peter anda por allí suelto. Tienes dos opciones justo ahora, sentarte toda la noche a llorar o levantarte para hacer algo que solucione toda está porquería— él me mira —Yo iré por Stiles o Derek, incluso si me matan en el camino—
Me levanto, pero lo miro cuando toma mi mano.
—Solucionémoslo juntos— se levanta junto a mí —Hay que encontrar a Peter—
—No, primero Stiles— él asiente.
Dado a mis intentos fallidos de localizar a Stiles, me siento en la silla a un lado de la pared.
—No responde— hablo.
—¿Puedes intentar con Derek? — pregunta él.
Sin lograr una respuesta de ninguno de los desaparecidos suelto un suspiro.
—Debe haber una forma de contactarlos, saber dónde están— hablo.
Los perros de adentro ladran, uno tras otro, Scott se detiene solo a escuchar para luego voltear a mí.
—Alex—
—Lo sé, entiendo— me levanto.
—Vamos— camina fuera de la veterinaria.
—¿A dónde? —
—A cambiarme y necesito un punto más alto— responde.
Solo lo sigo, utilizo mi velocidad para yo también encaminarme a cambiar mi ropa, una vez con jeans, jersey negro y botas, revoloteo a la reserva de Beacon.
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En menos de 3 minutos llego donde Scott está esperándome. Camino tras él hasta la roca, está da la vista todo el condado, él sube a ella para transformarse y dejar salir un fuerte rugido.
