-Tobías, pasa al frente.-dice la maestra mientras mis compañeros susurran entre ellos, escucho unas cuantas replicas: ' que arruinara este estúpido ahora’, ‘a ver si va a ser peor que la ultima vez'. Combinadas con risas y miradas. Llego al frente de la clase, la maestra a la derecha, la puerta a la izquierda y mis compañeros enfrente de mí. Pasan quince segundos que los cual yo sentí como mil horas la maestra me da la orden:
-Tobias, dime la poesía que recitaste mal la última vez..-dijo con voz autoritaria. Estaba temblando de nervios, de equivocarme y que se burlaran de mí. Comienzo a recitar, paro cambiando de verso, voy por el cuarto verso de la segunda estrofa. De repente las palabras no salen de mi boca, todos mirandome, la mirada de mis amigos varones no era algo para molestarme, lo que me preocupaba en realidad eran las miradas de las chicas, me intimidaban, me daban nervios, pero sobre todas esas miradas y expresiones, yo me fijo en un solo rostro. Un rostro lleno de ''imperfeciones'', lleno de ''defectos'' según mis amigos, a esa edad pareciera que soy muy joven para pensar en enamorarme, pero esa chica para mí, es simplemente perfecta, a esa edad en que no sabía en que fijarme. Ese rostro miraba hacia mí con compasion, como diciéndome 'Vamos, sigue, vamos, tu puedes’, me concentro en mi mismo, en el interior de mi memoria, encuentro todo el resto del poema, seguí recitando, termine, ella sonrió y aplaudio, sonrei viendola, todo ese momento nuestros ojos no se separaron, sentimos lo mismo, en el mismo momento, en el mismo instante. Creo que Rebeca siente lo mismo que siento por ella, amor.
