D O S

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Cuando la conocí ella no hablaba mucho por temor a equivocarse, se sentaba en la última fila y solo compartía con sus mejores amigas, al parecer las cosas cambian.

Era martes, odiaba los martes, algunas personas odian los lunes o incluso los viernes, yo odio el tercer día de la semana y ni siquiera sé cuál es la razón.

Al sonar la campanilla anunciando el descanso todos salieron menos ella y yo, obviamente, se quedó quieta en su lugar mientras terminaba de escribir algo, gruñó en desesperación y tiró a un lado su cuaderno, sólo la había visto hacer eso una vez y fue cuando no podía hacer un discurso coherente así que me imaginé que sería eso.

-¿Estás bien? - Las palabras salieron de mi boca antes de lo previsto.

Ella giró y me observó durante treinta segundos, sí, los conté.

-Sí,- soltó una risa nerviosa,- algo estresada por el último año.

Oh, ahora que lo notaba era mi último año, nuestro último año.

-En fin-, tomó algo de su mochila estilo hipster- espero verte en la fiesta, es obligatorio ir, tienes que divertirte por lo menos una vez.

Me sonrió y salió del aula, dejándome con una enorme sonrisa, ella sabía que no iría.

R E S P I R A Donde viven las historias. Descúbrelo ahora