Amor ciego

CAPITULO 2

Sucy vio cómo su cara mostraba sorpresa y tal vez un poco de angustia, aunque enseguida lo ocultó, volviendo a parecer sereno.

-Eso es estúpido.

-¿De verdad?

-Obviamente.

-Ya...

-Ni siquiera tienes pruebas.

-Oh, claro que las tengo.

Andrew levanto una ceja, interrogante.

-Admítelo y te las digo.

-No hay nada que admitir.

-Vamos, no es tan difícil, no es como si te fuese a preguntar el por qué, no te preocupes. Vamos, cuéntamelo- Sí, realmente se estaba divirtiendo.

-Como ya te he dicho, es mentira.

-Como digas Diana- su voz había sonado lo suficientemente alta como para que algunas personas se giraran para mirarlos extrañadas.

-¡Shh! baja la voz, podrían oírte.

-¿Por qué? Tú eres Andrew ¿no? qué más da que otras personas me oigan diciendo otro nombre.

-Tú...-Suspiró, frotándose el puente de la nariz- ¿no tienes otra cosa que hacer?

-Podría estar viendo como Hannah y Barbara humillan a Akko de una forma nueva, pero esto realmente es mucho más divertido.

-De verdad...- por su tono era obvio que ya empezaba a estar cansado de toda esta situación. Suspiró de nuevo- ¿quieres pruebas? Ven aquí.

Y antes de que la otra pudiese responder con alguna broma, la agarró por la muñeca y tiro de ella hasta un lugar relativamente apartado. Después pareció pensárselo mejor y salieron a una de las terrazas, no era muy grande, pero no había nadie.

-Por favor, no te cortes, muéstrame lo que me tienes preparado.

Sucy se quedó apoyada contra la barandilla, mirando al otro y esperando con una mueca que podría interpretarse como una sonrisa.

Se quitó la máscara.

-¿Ves? ¿Es esto suficiente prueba para ti?-Sin duda era o parecía Andrew, misma cara, mismo pelo y mismos ojos.

-¿Y? las brujas son brujas. No es como si supiese hacer alguno, pero los hechizos de transformación para copiar la apariencia de otra gente existen, incluso si son tan precisos y duraderos como este.

-¿Enserio?

-Eres lista, no me extrañaría que supieses hacer eso.

-¿Sabes qué? Me rindo, si quieres pensar que soy otra persona, adelante, no es como si eso me fuese a quitar el sueño por las noches.

-Bueno-dijo encogiéndose de hombros- Creo que todo esto es bastante cobarde de tú parte, pero si quieres fingir, como quieras-Dicho esto, se dirigió a la puerta del balcón.

-¿Perdona? ¿Cobarde?- le lanzó a Sucy una mirada indignada.

-Sí, verás, no sé si fue la razón original de que te transformases o no...

-No me he transformado- la interrumpió.

-...pero- continuó Sucy sin inmutarse- cuando alguien sabe que los demás no le pueden reconocer, suele hacer cosas que normalmente no haría. Lo cual, en mi opinión es un tanto cobarde.

-¿Me estás diciendo, que me he "transformando"- remarcó eso último con ironía- solo para ir haciendo cosas sin arrepentirme?

-Sin arrepentirte o sin el peso de saber que van a tener una consecuencia.