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Bella Wood. Se crió en un orfanato rodeada de Muggles, siempre pensó que era una más, que no tenia nada especial. Al igual que los demás. Eso un día cambió. La carta de Howgarts fue enviada y entregada con éxito a su destinataria, pero nun...
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Bella se levantó de su cama y fue a abrir la ventana, hacía demasiado calor y necesitaba algo de aire. Se volvió a sentar en la cama, pero en cuanto se acomodó algo entró volando por su ventana.
Fruncio el ceño en cuanto vio lo que era: una carta.
Cerró el libro y se levantó, aún confundida. La cogió del suelo y vio que estaba dirigida a ella y tenía la dirección del orfanato. No se habian confundido, eso estaba asegurado.
—Pero, ¿como entró por la ventana? —se preguntó.
Había un buzón en la puerta donde el cartero de siempre dejaba ahí todas las cartas.
Le dio la vuelta y vio que llevaba un sello rojo y un escudo dibujado donde pone 'Howgarts'.
Rodó los ojos. Arthur ya habia planeado otra broma de las suyas, eso seguro.
Salió de la habitación con la carta, aún sin abrir, en la mano. Estaba furiosa. Él habia llegado hasta el extremo de burlarse de sus creencias, como lo era la magia para ella, y no pasaba por ahí.
—¡Arthur! —lo llamó furiosa. — ¡Esta vez te has pasado!
—¿Que dice ahora la loca? —le preguntó a su amigo Cam, que estaba a su lado. Éste subió los hombros.
—Has escrito una carta y has hecho que vuele hacia el interior de mi habitación por la ventana, sólo para burlarte de que creo en la magia. Eres estúpido y un grosero.
—Yo no he escrito nada, bicho raro.
—¿Ah no? —preguntó mientras la abría —¿Y esto que es?
Le mostró el interior de la carta, dónde habia escritas unas cuantas cosas que ni siquiera se había dignado a leer.
—Ahi no pone nada, loca —se empezaron a reír entre ellos.
—¡Mientes, mientes, mientes! —gritó de la rabia. Estaba harta de él, la sacaba de sus casillas.
Los niños ponen cara de miedo. Sin darse cuenta estaba apretando los puños. Simplemente por eso, por la rabia que le provocaba él. Oyó como algo se movía detrás suyo, como si hubiera un terremoto. Las estanterías se movían y los cuadros también. Oyó un estruendo detrás suyo y se giró asustada para ver lo que había pasado. Un par de marcos se habían caído al suelo y los cristales se habían desperdigado por todos lados.
—¡Es una bruja! —gritaron los dos al unísono. Después, salieron corriendo del salón.
—¿Bella? —escuchó como alguien le llamaba a su izquierda.
—¿Lo has visto todo? —las lágrimas la amenazaban por salir en cualquier momento.
—Bajé en cuanto te oí gritar el nombre de Arthur.
Sonrió, él siempre estaba protegiéndola y eso le enternecia.
—¿Que es lo que me pasa? —preguntó con la tristeza impregnada en su voz.
—Vamos a mi despacho, cariño —la cogió de la mano y subieron las escaleras dejando todo el desastre ahí.
Después de entrar al despacho, se sentó en uno de los sillones que había enfrente de la chimenea.
—¿Que es lo que te he contado sobre tu familia y de como llegaste aquí?
—Nada. —respondió algo dudosa.
—Exacto —su respuesta la dejó aturdida. —. Simplemente no te he hablado de ello por que no estabas lo suficientemente preparada para ello.
—¿Ahora lo estoy? —preguntó entusiasmada. Una ola de curiosidad la inundó, y la verdad es que no sabía porqué no se había preguntado esto antes.
—Solo para un poco, cariño —dijo sentándose enfrente suyo, en otro de los sillones —. La carta que te ha sido entregada hoy es para asistir al Colegio de Magia y Hechicería, Howgarts.
—¿Colegio de Magia y Hechicería?
—Empecemos un poco mas por el principio. Tus abuelos eran magos, al igual que tu madre.
—¿Magos? —preguntó aun mas confusa, seguía creyendo que eso era un sueño —¿Y que pasa con mi padre?
—Si, magos. Hacían magia, tal y como lees en tus historias. Tu padre era un simple muggle.
—No estoy entendiendo lo que dices, me estoy perdiendo. —dijo rascándose la nuca.
—Un muggle es un ser no mágico. ¿Ahora lo entiendes?
—Mas o menos. Entonces, ¿como se conocieron? Si ella es una bruja y el un muggle...
—Los seres mágicos y los no mágicos pueden convivir entre ellos sin que los muggles se den cuenta de que nosotros existimos.
—Espera, ¿nosotros? Usted también...
La interrumpió sacando un palo de la manga de su chaqueta de vestir. Lo agitó y pronunció uno de los tantos hechizos que había; "Lumos". De la punta del palo salió una luz, como si fuera una pequeña bombilla. Ahora sabía que no era un simple palo y que todo eso era real.
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¿Que tal están? Espero que genial. Sean bienvenidos a mi historia, estoy muy agradecida de que le den una oportunidad, espero no decepcionarles, le estoy poniendo mucho cariño a esta novela (bueno igual q a todas xd)
