Azul #5

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Si Yoongi era distante cuando apenas hablaban dos cosas, Yoongi después del sexo de hace semanas, era peor.

Lo miraba desde su escritorio cuando el otro limpiaba sus gafas y parecía que sólo tenía cabeza para eso. Quizás Yoongi tenía alguna clase de TOC y sus lentes eran su talón de aquiles. Suspiró cuando recordó aquella noche. Cuando de tragos pasaron a bailar y luego, luego supo que a Yoongi le iban muy bien los hombres. No pudo detenerse una vez sus labios encajaron tan perfectamente.

Y cuando pensó que eso era todo. La mano de Yoongi se había alzado para hacer señas. En definitiva, el mundo lo odiaba.

—¿Cuántos pares de gafas tienes, Yoongi? —dijo intentando lucir desinterés, sin embargo su voz titubeó y falló con gran éxito.

—Bastantes —respondió igualmente distante.

Un silencio muy doloroso reinó cuando Yoongi se concentró en limpiar los cristales de sus gafas. Hasta que escuchó al muchacho suspirar y mirarlo con expresión culpable.

—Necesitamos hablar, Jimin  —murmuró, lucía como si todas sus barreras hubieran bajado. Cuando jamás imaginó eso posible.

Ahora Jimin no sabía qué hacer ni qué decir. Probablemente no había bajado sus muros y sólo era un espejismo que Jimin quería ver.

—Está... bien. Espérame después del trabajo —él asintió.

Jimin volvió a su asiento con la garganta apretada y su escalofrío empezando al recordar la placentera noche, sí, otra vez. Yoongi ardiendo bajo su toque y llenando el lugar con armónicos gemidos.

Algo le hacía pensar a Jimin que esa noche se volvería a repetir.

gafas de arcoiris ✿ jimsu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora