Hola, mi nombre es Miuna Miranda, todos me conocen como "MM". Tengo 19 años de edad, vivo únicamente con mi padre, pues mi madre se marcho cuando yo era una niña o un bebe se podría decir pero, me he puesto a pensar muchas veces sobre esto... Y con encuentro la razón de su partida, he llegado a considerar que mi padre lo sabe y no quiere decirme, pues todas las noches escucho llorar a mi padre, inclusive una noche baje a tomas agua a media noche y allí estaba mi padre, jamas lo había visto así y me partió el alma y solo pude abrazarlo pues si no se sentía a gusto con mi presencia solo empeoraría las cosas, bese su frente y regrese a mi habitación. Pero ya soy una chica adulta y creo que merezco saber la razón de su partida.
-padre. Dije segura mientras lo miraba.
-¿Qué pasa mi pequeña?. Respondió mi padre dulcemente mientras miraba el diario.
-es tiempo de que me digas. Le dije un poco nerviosa al sentarme en el sofá junto a el. ¿Por que mi madre se marcho?
-no lo se hija. Respondió mi padre.
Le mire a los ojos y supe que rompería en llanto si seguía insistiendo, pero necesitaba respuestas, respuestas que solamente el podía darme así que me trague las ganas de quedarme callada.
-papa. Dije agachando mi cabeza. Por favor... No me mientas una vez mas... He vivido engañada toda mi infancia y mi adolescencia, por favor solo necesito... Una respuesta.
Levante mi cara para mirarlo y mire en el una reacción que jamas le había visto, en sus ojos había tristeza y dolor, no podía seguir con esto.
-no te preocupes papá. Dije apenada. Disculpadme si te hice sentir mal.
Me levante del sofá entonces para irme directo a la cocina ah prepararme algo, entonces mi padre me sujeto de la muñeca antes de que yo pudiera dar un paso, y con la mirada en el suelo me dijo
-sientate. Dijo mi padre frío. Voy a decírtelo todo.
Supe entonces que cada duda que tenia en la cabeza se borraría, he incluso tal vez olvidaría que tuve una madre. Volví a sentarme, el cabello que estorbaba en mi cara lo pase suavemente detrás de mi oreja.
-Tu madre y yo... .Decía mi padre. Nos conocíamos desde adolescentes, pasamos los mejores y peores momentos, llegue ah hacerme la idea de que tal vez ella y yo estaríamos juntos toda la vida... Pero me equivoque, era un día lluvioso, la carita de tu madre se veía tan hermosa.
En ese momento mi padre comenzó a llorar así que evitando que siguiera tome su mejilla y dije...
-Tranquilo padre si no quieres seguir no sigas. Dije, y mi padre con la cara en el piso volteo a verme y dijo
-mereces saberlo. Dijo mi padre prosiguiendo la platica. Bueno, así que saque mi paraguas y se lo di, pues era muy pequeño y solamente entraba una persona en el, y yo no iba a dejar que tu madre se enfermara, así que Igual le di mi sudadera. Tan tierna me miro con esos ojos que brillaban hacia la luz de la luna, jamas voy a olvidar ese momento.
En ese instante mi padre levanto la mirada hacia el techo y cerrando sus ojos suspiro, yo lo habrase y prosiguió.
-la acompañe hasta su casa, era muy extraño por que sus padres no se encontraban en casa, así que entre con el permiso de tu madre, la casa era tan cálida que no pasaron muchos segundos cuando la temperatura de mi cuerpo había vuelto a la normalidad, me invito a sentarme en su sillón mientras ella hiba a cambiarse de ropa, pues taba muy empapada, después de un rato regreso con mis cosas en su mano, para cuando me las dio me percate de que se encontraba en paños menores. Dijo mi padre mientras yo interrumpía riendome.
-hahaha hay papa. Dije risueña.
-hehe ¿Qué? Eso fue lo que paso. Dijo mi padre mientras me miraba sonriendo.
-y que mas. Respondí llena de curiosidad.
-bien, pues yo nervioso le dije que tenia que irme o tendría problemas con sus padres, cosa que yo no quería, me levante entonces y antes de poder caminar ella jalo de mi camiseta hehe y nervioso solo respondí "que pasa", en ese instante sentí las manos de tu madre en mi espalda, no pude mas y la lleve a su habitación y... Allí paso lo que tenia que pasar ¿no?. Dijo mi padre un poco sarcástico.
-haha hay papá. Dije risueña.
-y pues bueno. Bostezando mi padre siguió con la parte final del trágico momento. El siguiente día, le pedí que fuera mi novia, acepto y me sentí el hombre mas feliz, y para hacerlo oficial fui a su casa a pedirle permiso a sus padres de estar con ella, y efectivamente me lo dieron, pasaron los meses , y un día ella corrió asustada a mi diciéndome que estaba embarazada, yo solo la habrá se y la tranquilice, pero después me dijo que el problema no era yo, si no sus padres le pregunte que que era lo que ella quería y ella me respondió que quería escaparse conmigo, yo acepte, cuando llegue a casa directamente me fui a mi cuarto al llegar tome todo lo que pude con rapidez, pero había olvidado cerrar la puerta y mi abuela se encontraba mirándome, mi abuela era la persona que mas confianza le tenia, era muy sabia y cada cosa que me aconsejaba y cada cosa que yo le seguía me salia a la perfección, así que ella solo dijo "se consiente de lo que aras, piensa mil veces lo que aras, por que si solo dos veces lo as de pensar problemas tendrás" la mire nervioso y la habrase, fue entonces cuando me dijo algo que nunca entendí.
-¿Qué fue?. Pregunte curiosa.
-"no importa cuantas oportunidades te des en el amor, el hilo rojo ya te tiene destinada la chica con la que has de estar". Dijo mi padre.
-y... ¿Eso que significa?. Pregunte.
-mmm no lo se. Respondió mi padre.
-y ¿Cómo terminaron tu y mi madre?. Volví a preguntar.
Mi padre suspiro para después proceder.-nos escapamos a los ángeles, trabaje duro para que tu y tu madre tuvieran lo mejor y no les hiciera falta nada, tu aun eras un pequeño dulcesillo dentro de la pansita de tu madre hehe, llego el tiempo de que te diera a luz y con mucha rapidez la lleve a un hospital que se encontraba cerca y todo salio bien, pasaron semanas y aun no podíamos llevarte a casa, pero el simple echo que ya estuvieras en este mundo nos hacia feliz, o como mínimo... Eso creía yo, un día le pregunte a tu madre si quería ir conmigo a recogerte del hospital, se negó, entonces fui a recogerte y para cuando llegue... No había nada... Ni... Nadie, seguí adelante contigo y tres años después mire a tu madre al lado de otro hombre, así que decidí volver a casa con mi abuela, pero... Para cuando llegue... Me dieron la noticia de que había muerto fue entonces que enterré todo mis sentimientos, claro excepto el que tengo por ti mi pequeña pulga. Dijo mi padre terminando la charla con una bellísima sonrisa en la cara.
Habrasandolo le di las gracias, lo curioso era que... No menciono el nombre de mi madre en ninguna parte de la charla, pero a final de cuentas... Que importa.
Esta es una novela que desde hace tiempo había querido escribir pero no se me había dado la oportunidad, si ahí alguna falta de ortografía disculpa hehe no soy muy buena con las acentuaciones y am mi auto corrector igual es el problema hehe espero les guste.
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El hilo rojo
Teen FictionUna leyenda japonesa que habla del futuro o destino ya escrito.