En el momento exacto tu llegaste, un juego del destino, te aferraste.
El ojiverde se encontraba rodeado por un grupo de chicos que lo molestaban y estaban a punto de golpearlo. Cerró los ojos esperando el primer golpe, el cual nunca llegó ya que un chico muy guapo había tomado el puño de uno de los agresores.
—No te parece que es muy temprano para andar golpeando personas Johann? —preguntó el rizado
—No te metas en esto Pimentel —dijo sonriendo falsamente
—O qué? —preguntó sonriendo de la misma manera
—Te las verás conmigo.
—Johann sabes muy bien que no te conviene ser mi enemigo, tal vez ya no somos amigos pero se muy bien que no quieres ser mi enemigo, es más todos estos estúpidos lo saben! —dijo mirando con odio a los demás
—De esta te salvaste mariquita —dijo mirando con odio al ojiverde
Fuiste tu.. quien me vistió de buena suerte. Tu mirada dulcemente me cambió. Me volviste transparente y encontré el amor.
—Te encuentras bien? —preguntó el rizado
—Si.. gracias
—De nada niño —lo ayudó a levantarse
—Eres la primera persona que me defiende de ellos, enserio muchas gracias.
—Hablame de ti.
—Pues.. no hay nada interesante en mi vida...
—Apuesto que si hay, y muchas cosas.
Erick no hablaba de su vida privada ya que sufría de maltrato por parte de sus padres y sufría en el instituto por culpa de Johann. El prefería callarse para no armar mas problemas.
—Si en algún momento necesitas de mi ayuda solo pídela, yo te apoyaré en lo que sea.
Tu me enseñaste a caminar en medio de la nada, en el peligro y el dolor se me hace una esperanza.
—Gracias... Pimentel? —dijo el ojiverde confundido
—Me llamo Joel, Erick —sonrió
—Como sabes mi nombre?
—Yo se muchas cosas Erick, hasta luego —y sin mas se fué a su salon de clases
En el momento exacto tu llegaste. Mi mundo sin palabras lo llenaste. Con tu luz, un ángel tuve entre mis manos y el cielo azulado fuiste tu. Siempre tú.
Más tarde a la hora de salida del instituto Erick salía caminando rápidamente hacia su casa pero una mano lo detuvo.
—Te llevo? —preguntó el rizado
—Vivo a 2 cuadras Joel —sonrió negando
—No importa, te llevo igual —insistió
—Está bien —se rindió y subió al auto del rizado
Joel conducía despacio ya que quería pasar un poco mas de tiempo con el ojiverde.
—Erick.. te gustaría salir por la noche?
