Donde Scorpius reinventa el estilo Malfoy

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✎ El Potterverso y todos sus personajes pertenecen a J. K. Rowling.

✎ El arte de la portada pertenece a su respectivo creador.

✎ Créditos también a Jack "no homo" Thorne y demás guionistas.

✎ Viñeta random, posible OOC, Scorbus cute y quizá extraño, ligero Drarry (muy ligero, créanme).

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Acababan de entrar a los dormitorios cuando Albus divisó un bulto extraño sobre la cama de Scorpius, quien de inmediato se precipitó hacia él.

—¿Qué es?

—Ranas de chocolate, alguien las ha dejado aquí —dijo, sonriente—, ¿quieres?

—Deberíamos leer la tarjeta primero, sabes... —indicó con una mueca, ante lo que Scorpius se encogió de hombros mientras abría un paquete y se apresuraba a meterse la rana a la boca antes de que saltara. Albus volteó los ojos y comenzó a leer—: «De Rose Granger-Weasley, para Scorpius Malfoy.»

—¿Son de Rose? —balbuceó, casi atragantándose con la rana.

—«Tu madre decía que las golosinas siempre te ayudan a hacer amigos, ¿no?» —concluyó, para después añadir—: ¿Qué mosco le habrá picado? Quizá sea una broma, de ella o de Peeves, ¿no saben raro?

—Vamos, Albus, no seas paranoico. Rose finalmente está cediendo a mis encantos, ¿qué esperabas?

—No me fío —declaró con simpleza, ganándose un codazo de parte de Scorpius.

—Tienes razón, podría ser una poción de amor de Polly Chapman.

—Polly no estuvo con nosotros en el tren cuando te escuchamos cantar.

—Peeves tampoco, así que apresúrate a tomar una antes de que me las acabe.

—Adelante —contestó, sentándose en la cama ajena, y volviendo a mirar la tarjeta—. Oye, creo que tiene algo más escrito...

—¿Qué dice? —Tragó y luego hizo una mueca—. Oh, ya se terminaron.

Albus negó con la cabeza, sonriendo. —Eres el único amigo que tengo que puede comerse diez ranas de chocolate en menos de dos minutos. Quizá puedas hacerle competencia al tío Ron.

—Corrección: soy el único amigo que tienes. Ahora lee la tarjeta.

—«Albus: disculpa que os haga esto, pero hay algo en Scorpius que no me termina de convencer. Está ocultándote algo, así que por favor toma esta oportunidad y averígualo. Suerte, Rose.» —Enarcó una ceja y miró a Scorpius, quien se encogió de hombros nuevamente—. ¿Qué significa?

—Quizá sabe que estoy irremediablemente enamorado de alguien más.

Scorpius se apresuró a cubrirse la boca con ambas manos, y Albus abrió de par en par los ojos, estupefacto.

—¿Qué estás diciendo? —Su rubio amigo negó repetidas veces con la cabeza, ante lo cual se inclinó hacia él y le apartó las manos de la cara—. Vamos, habla.

—Quiero decir, es obvio, ¿no? Rose no me va ni por asomo, y mucho menos Polly Chapman. Lo raro sería que fuera así, después de todo yo... —Se mordió con fuerza el labio y se deshizo del agarre de Albus, para volver a cubrirse la boca.

—¿Qué te pasa?

—Verita Serum —masculló entre dientes, arrebatándole la tarjeta—. Colocó suero de la verdad en las ranas de chocolate, y me las dio. ¿Puedes creerlo? No me lo esperaba. Es decir, sí, estaba seguro de que tarde o temprano se daría cuenta de... pero hacer esto es... —Vaciló, y a Albus le dio la impresión de que parecía verdaderamente nervioso, quizá incluso molesto—. No me lo esperaba —repitió.

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