WILD - CAPÍTULO 16

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Sonreí sin emoción y lo acerqué de nuevo a mí.

Harry se transformó, se volvió una bestia, un animal.

Me hacía daño con los dientes, mis labios no resistirían mucho más. Puso sus bruscas manos en mis pechos y los estrujó duramente, apretando demasiado, obligándome a soltar ligeros gemidos.

Me acorraló contra la pared y comenzó a restregarse contra mí, aún no estaba completamente erecto, pero casi. Se detuvo un momento, sólo para quitarse a tirones su chaqueta y su playera blanca. Pude ver sus tatuajes, los cuales sólo lo hacían lucir más intimidante. Era enorme. Me arrancó como pudo la blusa y rompió mi sostén.

Dirigió su brusca boca a uno de mis pezones y grité, me estaba succionando con demasiada fuerza, mordía también con fuerza. Había olvidado lo que era estar con Harry, una extraña mezcla entre placer y dolor, pero siempre equilibrados; en este momento estaba sintiendo más dolor que placer y eso me asustó, él quería hacerme daño, estuve a punto de detenerlo, pero después recordé las palabras de Niall, lo que le había dicho a Harry de mí, casi pude imaginar su dulce voz pronunciando aquellas palabras, yo merecía que me trataran así.

Harry se separó de nuevo, tan sólo para desabrochar su cinturón y su pantalón, se lo bajó rápidamente, junto a su bóxer. Me tomó fuertemente de los brazos, demasiado fuerte, sospechaba que al día siguiente tendría marcadas sus manos en los brazos. Me giró y quedé de espaldas a él. Bajó a tirones mi pantalón y mis bragas y con su mano me dobló por la cintura, agachando bruscamente mi torso y mi cabeza. Yo me detuve de la caja de la taza de baño y él metió de golpe su grueso pene. Me quedé sin aliento por un segundo y después solté un gritó bastante audible, no podría volver a aquel lugar después de eso. Harry comenzó a penetrarme una y otra vez, cada vez con más fuerza, cada vez más rápido, era inmensamente doloroso, pero, aunque me apena decirlo, también era inmensamente placentero.

Harry me tenía agarrada de la cadera y sentía como sus crueles dedos se enterraban en mi piel, seguro ahí también tendría moretones mañana.

Niall jamás me había tratado así, odiaba compararlos, y no sabía cuál de los dos me gustaba más en el sexo, si Niall con sus tiernas caricias, o Harry con sus bruscas embestidas.

En realidad, sí lo sabía. Me gustaba más Niall, en el sexo y en cualquier otro aspecto, tal vez Niall nunca me dio tanto placer como Harry, pero con él hacía el amor, con Harry no era más que sexo, sin sentimientos, con Harry yo no era más que una puta, Niall tenía razón.

Pasaron varios minutos, llegué al orgasmo dos veces gracias a los rasposos dedos de Harry y después él fue quien se corrió, de nuevo dentro de mí. Tendría que tomar de nuevo esa estúpida pastilla, a pesar de lo que había dicho el profesor de Salud, dijo que, máximo debíamos tomarla cada seis meses, pero las putas no escuchamos ese tipo de cosas, ¿no?

Harry me giró y besó de nuevo mis pechos, de nuevo haciéndome daño, sabía que ya habíamos terminado, que sólo lo hacía por lastimarme, mis pezones ya estaban más sensibles de lo normal, rojizos y algo hinchados, igual no pude evitar los ligeros gemidos que me provocaban sus duras caricias sin amor.

Harry me miraba, como esperando una reacción en mí. Pero no hice nada, tan sólo cerré los ojos, intentando contener las lágrimas, intentando relajarme y disfrutar. Su boca poco a poco se fue suavizando y al final tan sólo lamía con su lengua lentamente. Harry se detuvo y recargó su cabeza en mi pecho, haciéndome cosquillas con sus rizos.

Tenía los ojos cerrados y cuando los abrió parecía arrepentido. Me miró fijamente a los ojos.

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