Por algún motivo, aquella noche no estaba resultando especialmente reparadora para el santo. Así pues, y tras asumir que no iba a pegar ojo, se levanto de la cama, con intención de dirigirse al establo de la posada.
Una mueca de tristeza cruzo su rostro por unos segundos. Todavía le costaba acostumbrarse al hecho de que su fiel compañero ya no estaba junto a él. Cerró los ojos y dejo que un suspiro escapase de sus labios. Era una piedra que llevaría siempre sobre él, asumió. El peso de saber que nadie comprendería como la muerte de un caballo le podía pesar tantísimo.
Era extraño, le costaba explicarles a aquellos interesados en escuchar el motivo de que su caballo fuese una parte tan importante de su vida. Cualquiera lo atribuiría a la inocencia de Tomás, a su bondad innegable, porque ¿Cómo alguien normal iba a formar semejante vinculo con un animal? Aquello no resultaba factible, ni siquiera lógico. Dentro del amor que podías profesarle a una montura, aquello que Tomás sentía por ese caballo escapaba los límites de lo humano.
Quizás esa era la clave de todo. Horsefrillos no era un humano, no estaba atado a unas convicciones sociales, unas creencias, o unos rangos. De algún modo, el establo se había hecho su refugio, y ese caballo su igual. El único, probablemente, puesto que todos le veían como un superior o un inferior. O al menos hasta que los demás llegaron a su vida.
No se dio cuenta de donde estaba hasta que el viento golpeo su rostro, y se encontró la suave luz de la luna iluminando el bosque. Así pues, se apoyo sobre la barandilla, cerrando los ojos de nuevo, y volviendo a sumergirse en sus pensamientos.
''Huu-huu''
—Je... ¿Qué tal, compañero? —El hombre llevo su mano a la cabeza de la lechuza, que giro su cabeza en busca del contacto del santo. — Hay que ver cómo te lo gozas, ¿eh?
El animal abrió sus ojos, un par de galaxias que nada tenían que envidiar al cielo que se alzaba sobre su cabeza. Levanto el vuelo, cuando el mayor coloco sus dedos para que este se posase.
—Bienvenido al mundo, Quinto. Perdóname por no decírtelo antes. ¿Qué te está pareciendo de momento? —La lechuza se sacudió, bufando sus plumas y dejando entrever ese calor que manaba de su interior. —Sí, seguro que si... ¿Y cómo vas con el equipo? Hilda es genial, aun que a veces se exalta mucho, no se lo tomes en cuenta. Eso es señal de que le importamos, ¿verdad? Victra parece muy silenciosa, pero en el fondo siempre esta preocupándose por nuestra seguridad. Cuesta sacarle una sonrisa, pero merece la pena hacerlo. No olvides ir de vez en cuando a alegrarle el día, te lo agradecerá. Y Octavo... —El santo dejo salir un suave suspiro tras una leve risa— ¿Qué hay que no pueda decirte de él? Es maravilloso. Has tenido suerte de aparecer con él, chiquitín. —Quinto le miro, atentamente, girando su cabeza. — Y no le hagas caso a Tornillo, ¿vale? Eres tu propio ser, un pequeño milagro que no deja de hacer que nos sorprendamos, y estoy seguro de que seguirás haciéndolo. Eso es lo que hacemos en esta pequeña familia nuestra. —Le rasco de nuevo, elevando un poco el dedo. — ¿Quieres volar un rato, compañero? Puedes hacerme compañía si quieres.
La lechuza ululo de nuevo, y levanto el vuelo, contrastando las ascuas residuales que su vuelo dejaba ver con el oscuro manto de la noche. Tomás las observo, maravillado. No podía evitar pensar que le recordaban a pequeñas estrellas, o a...
—Luciérnagas. —Tomás se giro, encontrándose a un Octavo algo adormilado, su cabello recogido y sus gafas perdidas. Se rascaba los ojos mientras sonreía ante la imagen, y por un segundo, Tomás juro que aquel momento le pareció casi etéreo. —Es mi primer recuerdo.— El chico se acerco, sonriendo ante la visión de su pájaro. —Lo único que me ata a Gaïa, que me hace ser consciente de que realmente soy fruto de estas tierras...

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Anima Beyond Memeverso (One Shots)
FanfictionOne Shots de esta maravillosa partida protagonizada por Chio, Alex, Lynx y Felipez. Todas estas pequeñas historias ocurren en distintos momentos de dicha partida, y no están relacionadas entre sí. Nada de lo escrito es canon.