Esta pequeña historia fue parte de un proyectito de la escuela, espero que a mi maestra le guste y a ustedes lectores también. Espero que la lean y la disfruten tanto como yo lo hice mientras la escribía. NO NECESITA DESCRIPCIÓN, SOLO LEE!
Hace algún tiempo en un lugar más allá de nuestra imaginación, existía un reino llamado Arabella en donde todo era muy pacífico y tranquilo, era un lugar hermoso donde había mucho por explorar tanto en sus interiores como el exterior.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El reino poseía una joya muy preciada la cual era la fuente de protección contra el ataque de los monstruos que quisieran tener el control del lugar y ser dueños de ella.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El rey Harald era el más cercano a la joya, aquel que podía proteger de su reino con mayor facilidad creando una barrera protectora para que los monstruos no lograran entrar. Así todo se mantendría bajo control y tanto monstruos como humanos no interferirían los unos con los otros.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Hasta que una noche, donde todo se veía calmado y en silencio, todos bajaron la guardia, inclusive el mismo rey. Los monstruos lograron infiltrase en el reino a base de hechizos que ni los propios habitantes habían visto en sus vidas, logrando así provocar un gran descontrol ante la situación. Estas criaturas iban directo al castillo, a la parte más alta donde estaba la joya que tanto atesoraban tener. Pero, el pueblo trato de detenerlos y en sus intentos no lo consiguieron debido a que eran demasiado débiles comparados con los monstruos que cada vez apresuraban el paso al castillo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
