Uno

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JongIn despertó con el sonido de una puerta golpeando contra la pared. Abrió los ojos de golpe y un poco entorpecido por la bruma del sueño, intentó buscar de donde provenía el exabrupto.

—Lo siento, Kai —dijo su esposo—,  no quise asustarte.

El hombre sonrió mientras caminaba hasta la cama con una bandeja llena de comida.

—¿Y esto? —preguntó el moreno mientras quitaba la bandeja de las manos a su esposo. Sonrió y le dio un beso en la frente—. Gracias, Lu. ¿Cuál es la ocasión?

LuHan se mordió el labio y retorció sus manos un tanto nervioso. Kai levantó una ceja. —¿Qué hiciste, Lu?

—Vamos a tener una entrevista en casa —murmuró el chino—, para aplacar los rumores de mi aventura.

—LuHan, te dije que tuvieras cuidado —reprendió el moreno—. Las cosas con ChanYeol estaban haciéndose demasiado obvias. Solo nos quedan unos meses y por fin podremos iniciar los trámites del divorcio, pero si se descubre la farsa estaremos perdidos.

JongIn y LuHan se habían casado hace dos años y cuatro meses, desde entonces habían aparentado ante el mundo que eran un matrimonio sólido y amoroso.

No podía estar más lejos de la realidad, LuHan había acudido a su amigo hace tres años y le había propuesto algo. Tenían que casarse con el fin de poder mudar las empresas de LuHan desde su sede en China hasta Corea del Sur, en compensación, JongIn recibiría un porcentaje de las acciones de las empresas una vez que estas estuvieran completamente asentadas en Corea y no hubiera riesgos de ser acusados de fraude o algo más.

Todo había ido bien al principio, hasta que LuHan se enamoró de su guardaespaldas, ChanYeol, cosa que a JongIn no podía importarle menos, pues LuHan era únicamente su amigo. Al contrario, le alegraba que su amigo-esposo por conveniencia encontrara a alguien con quien ser feliz después de que todo esto se terminara, el problema era que ellos eran demasiado conocidos, LuHan era un heredero en China, era famoso, por lo que el matrimonio con un chico de clase media había llamado mucho la atención. Así que vivían continuamente bajo el reflector de los medios de comunicación y la constante investigación por parte del gobierno.

La aventura de LuHan con su guardaespaldas estaba en boca de todos y JongIn quedaba siempre como un cornudo. Tampoco le importaba, pues no tenía familia cercana y sus dos mejores amigos conocían la situación del matrimonio.

JongIn sonrió intentando tranquilizar a su esposo —Anda, veamos que podemos hacer.

A LuHan se le iluminó el rostro, era muy hermoso. Kai se preguntó, no por primera vez, ¿por qué no se sentía ni un poquito atraído hacia el joven de cabellos castaños y ojos tristes? Él era un hombre saludablemente gay. En un principio, LuHan había ofrecido que podían aprovechar su estatus de casados, pero a Kai no le llamó la atención hacer vida sexual con LuHan, así que su matrimonio desde siempre había sido meramente una pantalla para propósitos comerciales.

—Gracias, Kai. ¡De verdad, no sé qué haría sin ti! —El chino se inclinó y besó la mejilla del moreno—. Estarán aquí en un par de horas.

—¿Qué?

—Lo siento —gritó LuHan  y salió de la habitación lo más rápido que pudo.

Good Liar || KaiBaekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora