Invocación

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La invocación estaba hecha,

alguien llamo a mi puerta.

Me levanté del piso y fui hasta la puerta de entrada,

sentía miedo, o solo quizás incertidumbre.

Al llegar, mi   frente se posó sobre la puerta ¿Ser o no ser?...sería.

"La invocación estaba hecha" retumbaba en mi mente.

Surgió un suspiro del fondo de mi ser, abriría.

La puerta inflamada por la humedad cedió acompañada de un chirrido.

Y allí estaba, tan estereotipada, con su túnica negra, que solamente revelaba ese cráneo de, si se puede decir, "mirada profunda", y medio brazo esquelético que sostenía una hoz.

Esos orificios que (supongo jamás se sabrá) debieron llevar ojos alguna vez, parecían posicionarse en mí, y mi existencia en ellos. 

Me generaba vértigo mantener la mirada. Sentía que me aspiraba, como un agujero negro, que mi estatura se reduciría, a medida que su poder su succión ( que tienen supuestamente estos fenómenos) me llevaría ahí, a la nada misma.

La había invocado, y allí estaba.

Me hice a un lado y la hice pasar. Se sentó en una silla en la cocina, con una pierna sobre la otra, con un brazo huesudo sobre el respaldar y otro sobre la mesa, con sus "dedos" golpeando al ritmo del "tic tac" de las agujas del reloj.

Yo estaba frente a ella sentado, muy rígido de hecho, creo que jamás me senté tan derecho en mi vida. Me recordaba a cuando mis abuelos me relataban sobre sus épocas de juventud en la escuela, cuando las "sanciones físicas" eran bien vistas a la hora de corregir a los jóvenes. Por un momento imaginé aquel engendro del ciclo de la vida con una peluca "esponjosa" en rulos gris, con un vestido amarillo a lunares, dándome un "reglazo" en las manos.

Desperté de esa fantasía, de mi imaginación y constate que realmente ella seguía allí, con sus piernas cruzadas con su calaca dirigida al reloj de la pared, y luego giró su "mirada" hacia mí.

Me pregunte en ese momento que pensaría, si es que pensaba. Si sabía lo que había hecho o solo era como un "encargo" de un ser superior. "Hola si muerte, mira te tengo un paquete a retirar en la calle san Lorenzo al 1500". Quizás lo sabía, quizás sentía lastima por mí, por mi ser, mi existencia. O quizás no. Quizás la falta de empatía que transmitía se debía a su falta de piel, músculos, etc. Quizás no. Quizás pensaba que era un boludo mas de los miles de millones, una vaca en el matadero. Nadie piensa en una vaca en esa situación, solo piensa que nada puede hacerse, y lo mismo pensaba yo.

¿Quién me puso en el corral?¿Que factor generó mi elección de ir al "matadero"? ¿Quién tomó esa decisión?

La calavera me hizo un gesto, como para saber que ya era la hora. Me levanté de la silla, y ella a mi par también. Me dirigí lentamente hacia la puerta de entrada. Parecían segundos, trate de apreciar cada detalle de ese cuarto, de esa casa que no volvería a ver. Una lagrima atrevida broto y recorrió mi rostro, fue una decisión difícil, la peor decisión y ahora que lo había hecho estaba seguro. Ya frente a la salida, gire para dar un último vistazo, grabarme ese cuarto, que ese último segundo formara parte de mi eternidad. La mano huesuda se posó en mi hombro, era hora, yo la había invocado y ella en respuesta, me sacaría de este mundo.

Fin

InvocaciónWhere stories live. Discover now