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— Segunda semana de clases. Solo han pasado 14 días desde que comenzamos y ya los tengo sentados en mi despacho como siempre... De verdad llegue a pensar que este año sería tranquilo porque habían madurado ya que pronto se irán a la universidad, pero me equivoque... Cada vez que anden muy callados por los pasillos voy a saber que algo están tramando, sobre todo tu Park Jimin.   

El nombrado bastante despreocupado responde:

— ¿Está enojado, Director? —la voz del chico suena inocente, pero no engaña al hombre ni un poco—No era nuestra intención, solo queríamos divertirnos un poco.

— No me trates como idiota, Jimin, que estoy seguro de que tu eres el cerebro detrás de toda esta guerra de comida masiva.

Jimin suelta una sonrisa, Jungkook un suspiro.

— De verdad lo sentimos, Director —aclara el más alto en nombre de ambos—. No pensamos que toda la escuela se vería involucrada en nuestra idea estúpida.      

El hombre de barba se acomoda los anteojos antes de tocar su frente en clara señal de cansancio. Ni siquiera tenía idea de qué hacer con ese par de amigos.

—  Siempre estas metido en medio, Jeon. Eres el capitán del equipo de ajedrez y el primero de tu clase, por eso siempre he tratado de ser benevolente contigo, pero ya no se como te hacerte entender que no debes seguir en todo a Park.

En ese momento es Jimin quien empieza a hablar.

— Si sabe que yo soy el que piensa las cosas, ¿por qué llama a Jungkook? El siempre es el que trata de persuadirme que no lo haga, no entiendo por qué deben castigarlo también.

— Claro —contesta el nombrado bufando—, si no fuera por mí las cosas idiotas que haces se multiplicarían por mil.

Jimin frunce el ceño.

— Oye, te estaba defendiendo, imbécil. Mejor retiro lo dicho, Director. Ha sido su culpa, el inició todo y me convenció para que lo siguiera.

— ¿¡Qué dices, tarado!?

— ¡Lávate los oídos, cabeza de músculo!

Es ahí cuando se ponen a pelear como los dos niños que aún eran. Tenían 17 y estaban cerca de la mayoría de edad, pero la personalidad de ambos dejaba bastante claro que estaban aún muy lejos de ser jóvenes adultos maduros.

— ¡Basta! —Grita el Director— ¡Cállense ambos antes que los expulse!

— Sí, señor —contestan al unísono mirando el piso claramente derrotados.

— De verdad que es imposible con ustedes dos. Mejor salgan de aquí, no quiero verlos más. Un mes de castigo limpiando las aulas.

Con eso ambos chicos hacen una reverencia y salen de la oficina del Director antes de ganarse una reprimenda más grande que esa. Jungkook sale  de la sala cabizbajo con las manos ocultas en los bolsillos, mientras que Jimin entrelazo sus dedos detrás de su cabeza bastante relajado. Siempre sucedía así, solo uno de ellos se preocupaba por las consecuencias de las cosas que hacían en conjunto.

— De verdad me adora ese vejestorio —dice Jimin cortando el silencio—. Cada vez me da menos castigo.

— O quizá ya perdió la esperanza contigo —contrarresta Jungkook—, nos pasa a todos los que te conocemos.

— Eres un quejica, Jungkook. Ese es tu problema. Y que eres un miedoso.

— No, solo no soy idiota como tú, Jimin.

— Pues eres el mejor amigo de este idiota, así que no creo que eso te haga el más inteligente, ¿no?

Touché.

problematic ☆ kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora