Mr. Antolini

One-shot

Desde joven se dio cuenta de lo que era, por miedo al qué dirán, al cómo reaccionaría su padre. Mientras asistía a la universidad, para sacar su título como profesor de historia, asistía en la penumbra de la noche, a bares de gay de la ciudad. Sabía el riesgo que esto conlleva, lo peligroso que sería si la policía de llegara a descubrir el bar, si el se encontraba ahí en ese momento.

Como todos los sábados, salió a medianoche de la habitación que la universidad le había dado; dirigió su paso lento y un tanto asustado al bar que frecuenta todas las semanas. A medida que se acercaba al lugar, escuchaba sirenas y gente gritar. Cuando finalmente llegó al lugar de donde provenía tanto bullicio se dio cuenta que estaban desalojando el lugar, vio como sacaban a los bailarines, hombres desnudos, drag queens. No sabía cómo sentirse al respecto, el lugar al que había asistido durante casi 6 meses se estaba desvaneciendo frente a sus ojos, agradeció el haber salido tarde, agradeció no haber sido encontrado y agradeció poder seguir con vida.

Luego de lo ocurrido al bar decidió no volver más, sacarse la idea de la cabeza de que era gay, quería ser normal.

Habían pasado ya 6 años, se había casado, no porque quisiera o algo por el estilo, solamente por interés, para aparentar. No eran infelices, no dormían en la misma cama, no tenían la misma edad; ella tenía casi 30 años mayor, pero para ninguno significó un problema. Logró desarrollar su profesión en la Preparatoria de Pencey, ahí conoció a quien más tarde el causante de sus problemas.

Conoció a Holden Caulfield cuando era pequeño, con su padre eran muy amigos. Desde pequeño fue un chico problemático, con la muerte de su hermana esto no mejoró. Siempre sintió cierta atracción a ese muchacho , el dia que lo invitó a su casa no se pudo contener y en la penumbra de la noche, mientras el dormia acariciaba suavemente su cabello. Cuando este despertó esperaba que le grita y lo mandara a la mierda, cosa que no hizo. Estuvieron todo la noche entre abrazos y besos, no hablar sobre el mañana solo se concentraron en ese momento, tan especial para ellos.

Habían transcurrido dos semanas, se mantenían en contacto todos los días, de vez en cuando uno iba a la casa del otro.

No todo fue fácil, en varios momentos estuvieron a punto de ser descubiertos, más esto no paso. Sus padres nunca sospecharon nada, pero la esposa de Mr. Antolini si. Cada vez le parecía más sospechoso que su esposo pasara tanto tiempo con un muchacho, y que este pasara la noche en su casa.

Un dia cuando se despertó en medio de la noche, no le sorprendió no encontrar a su esposo en la cama, nunca dormían juntos, se dirigió a la habitacion de este, tampoco estaba ahí.

Esto le pareció muy extraño, se encaminó a la habitación que ocupaba el muchacho, a medida que se acercaba escuchaba ruido, tal parecía que su esposo estaba en la misma habitación que el chico. Cuando abrió la puerta se sorprendió ver al que era su compañero de vida, besando con mucha pasión a Holden. Sabía que tenía razón, pero albergaba la mínima posibilidad de que estos pensamientos no fueran ciertos.

Su esposa lo había descubierto con Holden, nunca pensó que eso pasaría, lo unico que salieron de sus labios cuando vio a ambos hombres besándose fue "Fuera de aquí, no te quiero volver a ver".

No tenía ni la menor idea de que hacer, su esposa había llamado al colegio, contando sobre lo ocurrido, lo despidieron y lo más probable es que el rumor se esparció por toda la ciudad.

Cada vez estaba peor con Holden, ninguno de los dos tenía trabajo, no tenían donde vivir, ni qué comer. Todo iba de mal en peor.

Llegó la policía al lugar donde una señora dijo ver dos hombres en una conducta extraña, cuando se acercaron identificaron un olor putrefacto, un olor metálico, a sangre. Cuando estuvieron lo suficientemente cerca pudieron ver a dos hombres, en un charco de sangre, con sus muñecas sangrando; se habían suicidado juntos. Los cuerpos se identificaron como Holden Caulfield y Mr. Antolini.