Dedícate a mi aroma

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Eres intocable. Sólo se puede apreciar tu belleza a la distancia, justo como un vencejo, siempre surcando por los aires sin tener la necesidad de tocar el suelo en algún momento

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Aunque no desee dañarte, debo de hacerlo
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Dime

¿Por qué debes de aborrecerme... sólo por mi aroma?

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Aquella noche le parecía mucho más pesada que cualquier otra, sentía su sangre recorrer su cuerpo a toda velocidad, más que cualquier otro día.

¿A qué se debía tan inusual comportamiento? Desde los ojos de sus compañeros el pelinegro estaba de pésimo humor manteniendo un genio horrible, podían saberlo gracias a que su fuerte aroma era estremecedor y más penetrante que cualquier otro día. Simplemente éstos no podían estar en la misma habitación junto al imponente Delta.

Su pésimo carácter ni siquiera lo comprendía el mismo, pero ya tenía una suposición y poco confiable respuesta para ello.

Un Omega

No podía pensar en otra cosa más que eso, aunque sólo lo hubiera visto desde la distancia, escondido en las tinieblas acechando a su presa, tal y como un Delta y villano lo haría. No deseaba pensar en otra explicación, su cabeza comenzaba a doler gracias a eso.

Aunque su orgullosa conciencia dijera lo contrario, no podía negar que tan apetecible omega le había llamado la atención, ya sabía quien era aquel, pues poco reconocido no era.

¿Por qué pensar eso le llenaba de aún más frustración?

Quizá la respuesta también era bastante simple, aquel Omega siempre con su neutral y al mismo tiempo animada actitud es su enemigo, esas hermosas alas casi de un tono carmesí es un escudo que protege del mal a la sociedad, pero para él eran múltiples puñales que sin dudar penetrarían su pecho para acabar con su inmunda existencia.

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Héroes y villanos nunca podrán tener algún contacto que no sea en un combate

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Ya sabía eso, le molestaba más que nada tener que reconocerlo y aceptarlo. Lo único que deseaba era conocer y degustar el muy seguramente delicioso y dulce aroma de aquel emplumado.

Igualmente, si consiguiera estar próximo al Omega tampoco podría acercarse a la distancia que quisiera, su olor siempre a sido insoportable así que muy probablemente el rubio rápidamente se alejaría lo más pronto para no tener que aguantarle aunque lo estuviese conteniendo.

- ¿Por qué?...

Un casi inaudible susurro sacó de sus pensamientos al frustrado Delta, no se había percatado que una débil presencia siempre estuvo en la misma habitación. El aroma perteneciente a la segunda persona sí que era bastante dulce, sus feromonas olían a una mezcla de canela y caramelo, lo suficiente para calmarlo.