Era un lunes como otro cualquiera, el viento soplaba pasivamente y el sol estaba eclipsado por unas nubes que amenazaban con descargar su ira sobre la ciudad. Chema estaba solo, ya era costumbre, no se acordaba de la última que vez que había tenido compañía. Bueno, sí se acordaba y eso era lo más le dolía.
La soledad empezaba a hacerle mella y cada día le costaba más. Era un sinvivir, ya no lo soportaba, esa presión en el pecho era inaguantable. Y entonces, como por un impulso, se levantó y se fue al cuarto de baño, sin fijarse en nada, se acercó al armario que tenía al lado de la ducha y cogió sus pastillas, antidepresivas para ser más concretos. Pero esta vez no iba a ser como siempre. Esta iba a ser su última vez tomándoselas. Las miró y suspirando se las tragó, así sin más. Ya estaba hecho. Ahora solo le quedaba esperar a que hiciesen efecto. Y fue en ese momento cuando lo recordó, todos los buenos momentos, esas palabras en francés, esas miradas furibundas, esas clases, lo recordó todo, lo recordó a él, a su querido libro de 1° de bachillerato, a ese libro que le robó el corazón. Y deseó poder tenerlo otra vez, poder tocarlo, sentirlo, incluso solo verlo. Lo necesitaba. Y se recriminó su estupidez, su tontos celos. Tan solo si no la hubiese cagado, no estaría en esa situación, no estaría solo. Sólo por un maldito error.
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my chemical romance
HumorLo tenía todo, volvía a ser feliz, todo era perfecto pero un error lo arruinó todo, arruinó my chemical romance Historia entre mi profesor de francés y su libro de 1° de bachiller -Advertencia: puede causar traumas -P.D.: es un coña que tengo con u...