Mine

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Primer oneshot KtasuDeku. Es algo largo, pero espero que os guste (=^w^=)

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Estaba harto de todo. No había ni un mísero momento en que no le recordaran que era momento de conseguir pareja. Él sabía muy bien que ya tenía la edad de emparejarse de por vida, pero simplemente no encontraba a nadie que le atrajera lo suficiente como para formar ese vínculo tan especial e importante. No era algo que pudiera hacer imprudentemente pues si decidía apresuradamente después cabía la posibilidad de que pudiera arrepentirse.

A pesar de tener una actitud impulsiva y, sabiendo que a veces no pensaba demasiado en las consecuencias posteriores a sus actor imprudentes, en aquel tema no estaba dispuesto a hacer las cosas mal.

Él quería tener a su lado a alguien que mereciera la pena de verdad. Alguien con quien compartir su vida sin arrepentirse, sin sentir que se ha equivocado, por que sinceramente no era de esas personas que aceptan que han errado de buen grado, sino que posee un orgullo muy grande y no quiere cargar con un peso tan grande en su conciencia, pues aunque no llegara a admitirlo para los demás, él sabría la verdad, algo que no podría soportar.

Saltando por las ramas de los árboles intentaba despejar su mente. Caminar sin rumbo fijo por el bosque siempre le había ayudado a calmar su temperamento, a ver las cosas con más tranquilidad y objetividad. Esperaba que en esa ocasión también funcionara el mismo método.

Dejándose guiar por su instinto vagó por entre la espesura del frondoso bosque, caminando hacia su lugar preferido, un pequeño claro rodeado de majestuosos árboles junto a una cascada preciosa de aguas cristalinas. Se sentó en la orilla de aquel pequeño pero bello lago, mirando ausente como algunos de los peces nadaban con tranquilidad, sin ninguna preocupación en sus mentes.

Su apacible momento se vio interrumpido a causa de un olor que le llegó a sus fosas nasales. Era fuerte, con matices que no supo identificar, pero si reconoció a qué pertenecía aquel olor. Era sangre y no era de animal ni de uno de los suyos. No... era sangre humana. Frunció el ceño pues que pudiera notar aquello significaba que la persona que tuviera aquella herida debía de estar bastante cerca y no le gustaba. Sabía perfectamente que se encontraba en el límite del territorio donde podía residir y su parte racional le decía que no era asunto suyo, pero por algún motivo su cuerpo ya había comenzado a dirigirse hacia la fuente de aquel molesto aroma.

Corrió hacia el lugar indicado notando que los matices antes ignorados que aquel líquido rojizo enmascaraba empezaba a poder distinguirlos. Era una mezcla de jazmín y pino junto a lo que reconoció como canela y sintió su propia sangre hervir. Su corazón comenzó a acelerarse de sobremanera y no era a causa de la carrera, no... más bien se sentía atraído por aquella dulce fragancia.

Aumentó su velocidad hasta llegar al fondo del precipicio que separaba ambos territorios. Aquella montaña era la divisoria natural que indicaba el comienzo / final de cada bando y no era usual traspasarlo sin motivos de gran importancia.

Paró y miró a ambos lados sintiendo el olor con gran intensidad y al oír una risa que resonó por todo el lugar fue que viró la mirada hacia arriba. Allí, suspendido se encontraba un joven, omega, proporcionó su alfa interior, siendo sostenido de un brazo por una joven, alfa, volvió a indicarle mentalmente, la cual impedía que este cayera al vacío. Sinceramente si se precipitara hacia abajo serían más de 100 metros de altura hasta el suelo, por lo tanto la muerte sería instantánea sin lugar a dudas, más teniendo en cuenta que ese joven era en definitiva humano.

Gruñó sin poder evitarlo pues ver aquella escena no le estaba gustando nada. Las heridas que el chico poseía eran en definitiva bastante graves o al menos aquello parecía debido a la distancia entre ambos. Parecía que estaban discutiendo por algo y a pesar de su fino oído no fue capaz de escuchar lo que decían pues el viento era bastante fuerte allí arriba, pero si que notó como el joven forcejeaba intentando soltarse de la chica. Esta pareció gritar y le soltó agarrándose su propio brazo. Por el nuevo olor supo que este le había herido lo suficiente como para sacarle sangre a la mujer. Lo siguiente sucedió muy rápido. Su cuerpo se movió antes de que pudiera percatarse de la situación y se vio a si mismo saltando y atenuando la caída del contrario, cogiéndole en brazos de la mejor forma posible, evitando así un gran daño en el cuerpo ajeno. Cayó al suelo de pie, sin ningún tipo de rasguño en su persona y miró hacia arriba. La joven se asomaba hacia su posición gritando algo, pero por la distancia no podía verle bien la cara. Gruñó y decidió que le importaba poco lo que sucediera con ella, en ese momento lo que debía hacer era llevar a ese chico hacia la ciudad para que le curaran de inmediato.

My MateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora