Malentendidos, Malentendidos Por Todas Partes

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— ¡Serena! — dijo él

— ¡Ash! — dijo ella

— ¡Mierda! — dijeron los dos.

Serena volvió a cerrar de golpe la cortina de baño mientras un intenso bochorno le empezaba a cubrir la cara. No podía creer que Ash acababa de verla completamente desnuda. Con un creciente nerviosismo se dio cuenta que ningún otro hombre la había visto así, jamás. Y aun así, lo único que le importaba era qué impresión le habría dado al morocho. Le preocupaba que no le hubiera gustado, que le hubiera dado igual, incluso que se sintiera decepcionado. ¿Decepcionado? ¿Desde cuándo le había dado el derecho para decepcionarse? Se suponía que no eran nada, así que no tenía ningún derecho. ¿O si lo tenía?

"Mierda" Fue el pensamiento de Serena al darse cuenta que su mente había empezado a divagar con especulaciones que no venían de ningún lado.

"Piénsalo con la cabeza fría, Serena. Debe haberse equivocado, estaba distraído o algo así, no se dio cuenta que estaba en la ducha, y entro por error."

Esta fue la primera hipótesis racional que cruzo por su mente, sin embargo, si era correcta Ash ya debería haber salido de la habitación. Abrió ligeramente la cortina para verificarlo, pero lo que vio no era lo que esperaba...

Ash

Busque a tientas y con prisa la perilla de la puerta, mas como acto reflejo había cerrado los ojos, y no se me ocurrió abrirlos una vez estuve de espalda. Gracias a que iba descalzo, de pronto sentí como el suelo cedía, y me caí, causando un gran estrépito contra la puerta. Pude ver con los ojos nublados como Serena salía apresuradamente de la ducha e iba a atenderme. La imagen que tenía ante mi logro que la "sobriedad" que aún me quedaba se nublara lo suficiente como para quedarme paralizado.

Vi cómo se daba cuenta que la estaba viendo, pero en lugar de vergüenza, noté otra emoción que no pude descifrar muy bien. No es que su mirada fuera lo que más me llamaba la atención en esos momentos. Aun así, una palabra vaga e inconsciente se reprodujo en mi mente "excitación". No estoy muy seguro de donde salió, y...tampoco me importaba en ese momento. El extraño "movimiento" que sentía a veces por la noche en mis pantalones, se activó, latiendo con vigorosidad. Pensé que mi vergüenza no podía aumentar más, cuando vi como sus ojos se deslizaban lentamente hacia abajo, más específicamente, hacia el bulto que se había formado en las profundidades de mi averno. ¿Les dije que no estaba notando mucho sus ojos? Pues lo que si pude ver, fue que se habían oscurecido. De ser color azul cielo, habían pasado a algo un poco más como azul marino, sus pupilas se habían dilatado, como los de un animal salvaje, y su respiración era bastante agitada, aunque supongo que yo estaba un poco igual.

No resistí más la tentación. ¿Han oído la ley de la física según la cual un objeto con la masa suficiente es capaz de alterar la trayectoria de la luz, y por lo tanto, del ámbito visual? Pues yo nunca había comprendido tan bien esa ley como en estos momentos. Y es que una fuerza irrefrenable llevo a mis ojos a enfocar esos dos regalos del mismísimo paraíso a los que nunca les había puesto atención hasta ese momento. Por supuesto ella noto mi mirada, y con un suave movimiento tomo mi mano, y la guio hasta uno de sus senos. Pude sentir el ardor de su piel, a pesar de la ducha que acababa de tomar. Brock me dijo alguna vez que tratar con las mujeres era como jugar béisbol, si quería la victoria necesitaba ir tranquilamente de base en base empezando por la primera. Metáfora que en su momento no entendí. Ahora sí que la entendía, y esto no era para nada ir a primera base. Yo en estos momentos estaba robando tercera e iba camino a home. Aunque este pensamiento no duro ni tres segundos en mi mente, no es que estuviera interesado en mantenerlo, de todos modos.

Sorprendentemente mi mano se amoldo a la perfección. Levante mi mirada, sorprendido, y pude notar en sus ojos el deseo...y eso fue lo único que me bastó para volverme loco. Me abalance hacia ella como un depredador hace con su presa, buscando desesperadamente el conectar su boca con la mía. Pude sentir el ardor de sus labios y cerrando los ojos, me deje llevar por el sentimiento...

Atrapados en el bañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora