Adrien vive una apasionada y tormentosa relación con Kagami, quién no pierde un instante para hacer sentir sobre el sumiso muchacho su arrollador dominio y posesión: Hace que él sólo se vista con un delantal y diadema de sirvienta y sin nada abajo, para que le prepare la comida y le limpie la casa, le lave la ropa y los calzones, en fin, todo lo que "alguien sumiso y obediente debe hacer", en palabras de ella. kagami le pone a Adrien una correa de perro y lo lleva a cuatro patas por toda la casa. Él, obediente interpreta bien el papel, sólo come en su plato de perrito y hace sus necesidades fisiológicas en el jardín de atrás de la mansión sólo con el permiso de su ama. Adrien disfruta eso, a pesar del dolor de las rodillas y de la espalda que le produce la constante postura a cuatro extremidades, a pesar del cabello jaloneado y arrancado a mechones, a pesar de los arañones que constantemente su señora surca en largos jirones sobre su diáfana piel, de los mordiscos violentos en el cuello, hombros, pecho, muslos, a pesar de las bofetadas persistentes que recibe, es feliz, sabiendo que complace a su dueña en todo, hasta en el más mínimo detalle de sus designios, haría todo por ella, hasta moriría por complacerla...
Y con sólo oír su voz al llegar de la calle se le alegra el día y hace que su expresión se llene de gozo. Él, cual perro fiel, adora estar tras las faldas de su benefactora, lamer los tacones altos de sus zapatos, besar el suelo que los pies de la impetuosa dueña de su destino pisa, pero lo que más disfruta es fungir de asiento en el suelo, para que su amada reina se siente sobre su espalda, cuando llega cansada de sus clases de esgrima.
Fuera de la casa Adrien debe guardar las apariencias y maquillar los raspones, heridas y moretones de la piel para que nadie sospeche o le hable al respecto. Pero Nino está al tanto, al menos en parte, de que esa relación está virando hacia algo distinto, algo inusual y malo. Desde que el padre de Adrien murió y kagami fue a vivir a la mansión, ante el asombro y estupor de todos, principalmente de sus amistades más cercanas, quienes ni siquiera se imaginaban que entre ellos realmente hubiera algo serio, o "algo" al menos, las cosas cambiaron drásticamente entre Nino y su rubio amigo. Nino tiene cada vez menos contacto con él, quién se aísla de su entorno y prefiere evitar largas pláticas, incluso con el que solía ser su mejor amigo. Nino sabe cosas que lo atormentan. Y se siente culpable de callar...
Cierta ocasión Alya le comentó a Nino que vio a Adrien por la mañana llegar con una evidente cojera, que trataba de disimular a duras penas. Nino primero fingió no oírla, luego ante la insistencia de ella, se puso nervioso y no podía responderle, pensó "es kagami, sé que ella lo maltrata y no sólo emocionalmente... pero no entiendo por qué él lo consciente". finalmente le contó a Alya algo que no podía imaginarse, porque ya no podía guardárselo para si mismo. "Una tarde los vi juntos", le dijo, "fue cerca a la mansión, era casi entrada la noche y me escondí tras unos arbustos. Ella le estaba reclamando algo, creí oír el nombre de Marinette, pero tuve miedo de acercarme, ella estaba fuera de sí, y luego lo agarró fuerte del brazo, él no hacía nada para impedirlo y aún a la vista de la gente, cayó al suelo y ella empezó darle bofetadas y a jalarle el cabello, ambos lloraban, me quedé helado, no sabía que hacer, y no hice nada, sólo me fui de ahí por que soy un cobarde, soy un pésimo amigo, pero vi, vi que él se arrodilló y le suplicó perdón, le abrazó la cintura y ella le acarició el cabello, luego el se puso de pie y ambos se abrazaron, se quedaron así largo rato, no sé qué más pasó, yo sólo me fui de ese lugar".
Alya no podía creerlo "¿¿¡¡¡Pero por qué no hiciste algo, Nino??!!!" le increpó, "¿Cómo permites que a tu amigo lo traten de esa forma, acaso no lo defenderías, acaso no me defenderías a mi, si alguien me agrede?". Nino bajó los ojos, se retiró los lentes empañados, estaba contrariado y muy ansioso, "No lo entenderías, ni siquiera yo lo entiendo, es mi amigo pero..." Alya lo miraba con decepción "Pero nada, si tú no haces algo al respecto, lo haré yo. Hoy mismo iré a resolver las cosas con Kagami, aunque tenga que golpearla yo misma!". Nino la miro a los ojos y trató de calmarla, tomando su mano "Escúchame, ya traté de hablar con ella y con él, ella me ignoró absolutamente y él... él me amenazó, ¿entiendes? me amenazó para que no me entrometa, no quiere que nadie le diga nada..."
continuará :)
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El Ocaso es Carmesí
Romanceshipp: Adrien x Kagami pues estaba hablando con una amiga y surgió esta idea, así que lo escribí.