Cartas de una ARMY al futuro

Prólogo

No había nada de diferente aquella tarde. Ni siquiera recordaba que fecha era aquel importantísimo día; ahora, en el presente que se encontraba, solo sabía que fue a principios del año 2017.

Era un caluroso día de febrero en una ciudad tropical.

Ella se encontraba en su habitación, postrada perezosa en su cama. Sus ojos marrones miraban en dirección de su teléfono móvil; sus rodillas estaban flexionadas de modo que sus pies pudieran tocar la suave cobija de su cama. Tenía los brazos alzados, sosteniendo el teléfono en el aire. Sus largos cabellos castaños estaban regados como gruesos hilos en la cama.

La chica solo estaba revisando las redes sociales, como es algo común de las niñas de su edad.

Era un día más de la rutina, una tarde después de salir de la escuela. Realmente no había nada que hiciera tan especial en esa tarde.

O estaba equivocada. Pronto estaría por descubrirlo.

Entonces, mientras miraba los post que tenía, apareció una imagen de un chico de ojos razgados.

Tenía una pinta que le daba curiosidad.

-El chico de ojos chinos-

Tenía un lacio cabello negro. Sus facciones se veían finas, y tenía una linda sonrisa de conejo.

Le había gustado, era atractivo a la vista.

Y es que, siendo ella ya una fanática del anime (otaku del clóset, más bien. Qué va, ni siquiera era de closet, se notaba a lejos que veía anime), y seguidora de idols virtuales japoneses como la muy conocida Hatsune Miku, no pudo evitar que le gustara aquellos pequeños pero cautivadores ojos, el cabello con estilo de hongo hecho en un corte perfecto y la tez blanca del chico. Parecía un husbando del anime, y pronto comprendería que es mucho mejor.

Porque él sí existía.

Regresando hacia ella, el gusto por las cosas asiáticas ya iba en su sangre.

Apartó los cabellos que se le habían ido al rostro, mientras se disponía a revisar los comentarios. Dio con el nombre de aquel chinito, y hasta algo mejor: dio con el grupo al que pertenecía.

"-BTS..."- murmuró, leyendo unos cuantos comentarios más.

Ya estaba. Quería saber más.

Abrió Youtube, escribiendo en la barra de búsqueda el nombre de la banda.

Rápidamente le apareció la hilera de vídeos de sus canciones. Ella escogió el primero de la lista.

Se removió en la cama, pasando a una posición más cómoda para ver el video.

La canción que sonó era la canción más sonada de aquella época, aunque ya tenía un tiempo que el video había sido publicado, no era el más reciente.

Del video, se destacaron tres cosas en su mente:

-Blood, Sweat and tears-

~Era una canción pegajosa, de pronunciaciones extrañas y ritmos peculiares, poco ordinarios en esa parte del mundo.

~Los integrantes bailaban muy bien, aunque tenían voces pecualiares, voces que no eran usuales escuchar en donde la chica.

~Se maquillaban mucho; su cabello y su ropa también eran extravagantes.

No tuvo la mejor primera impresión, no estaba acostumbrada a encontrar tales características en hombres ni en las canciones que escuchaba. No habían sido de su total agrado en aquella primera vez.

Sin embargo, había algo que sí le había gustado.

Y la cosa es que, cuando esto sucede, cuando se queda una chispa contigo, ya estás perdido.

Ella ya había caído.

Pronto esa chispa se convertiría en fuego, un fuego que se encargaría de quemarlo todo por completo.

...

Bueno, este es un nuevo proyecto que tenía en mente desde hace un tiempo, y ya no pude seguir reteniéndolo, así que aquí está su corto prólogo.

Es una historia corta, de talvez no más de 12 capítulos, que quizá también sean cortos. Dependerá de la extensión que piense tener determinado capítulo.

Así que, espero sea de su agrado y me acompañen en este nuevo sueño.

-A.