Capítulo 6

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Kyung Soo se puso nervioso. No sabía cómo reaccionar ante la forma en la que su profesor lo había detenido.—¿A dónde crees que vas? —le preguntó Jong In. Kyung Soo pudo sentir el aliento tibio de su profesor cerca de su oído y se estremeció.—T-tengo algo que hacer...—balbuceó nervioso.El docente lo soltó un poco y cuando Kyung Soo pensó que al fin podía liberarse de su agarre, pero se equivocó. Los labios de Jong In se apoderaron de su boca y aquel primer beso fue eléctrico, casi mágico.—¡Ngh! —se quejó el menor por la sorpresa, pero tuvo que ir cediendo ante aquella lengua experta que pronto comenzó a introducirse en medio de su boca. La saliva le supo tibia y aunque no esperaba eso, poco a poco su cuerpo fue reaccionando y Jong In se dio cuenta.—No te vayas... Quédate por favor...

El chico estaba aturdido. Jamás hubiera pensado que eso iba a suceder.—P-pero...El otro le calló con un beso mientras buscaba una mesa para poder acomodar al chico encima. Sin tiempo a reaccionar, Kyung Soo sintió que las manos de Jong In se apoderaban de su entrepierna y gimió cuando sintió aquella caricia inoportuna.—¡Ah!Jong In sonrió maliciosamente. Sus ojos brillaban y su respiración era agitada.—Tranquilo, todo estará bien... Confía en mí.

Sin saber qué hacer o decir, Kyung Soo se dejó llevar por aquellas caricias expertas que pronto lo estremecieron. Sentir que era acariciado por encima de la ropa hizo que su mente pensara en mil y un cosas a la vez, pero al mismo tiempo, en nada concreto. Sólo quería seguir disfrutando esa sensación en la que aquel cuerpo tan varonil que muchas veces había visto a escondidas, al fin estaba cerca del suyo. Quería seguir siento tocado con lentitud por aquellas manos expertas que lo recorrían, causando sensaciones hasta ese momento casi desconocidas...—Profesor...—Dime Jong In. Quiero que digas mi nombre.Kyung Soo echó la cabeza para atrás, dejando expuesto su cuello y se aferró a la espalda de Jong In cuando sintió aquellos labios y esa lengua húmeda deleitándose con su piel. Después, cuando al fin sintió que las manos de Jong In lo recorrían por debajo de la ropa, perdió la cabeza.

—Hazme el amor —suplicó con voz entrecortada sin importarle mantener ningún tipo de formalidad con el mayor.Aquello obedeció. Lentamente comenzó a desabrochar el pantalón del chico y el suyo, y comenzó a acariciar aquella parte tan delicada que se moría por sentir. Kyung Soo se estremeció y rodeó con sus piernas la cintura del mayor. Jong In comenzó a recorrer con lentitud aquella zona tan sensible y poco apoco, comenzó a prepararlo. Kyung Soo se estremeció ante aquella sensación, ante aquel toque irrumpiendo con cierta delicadeza en su cuerpo.—¡Por favor!—Shhht... baja la voz —le susurró Jong In mientras seguía preparándolo — No sabes cuánto he querido hacer esto desde que te vi.Kyung Soo trató de besarlo, pero el mayor se detuvo y le quitó las piernas de las caderas. —Voltéate.Kyung Soo se estremeció. Sabía que era obvio.—C-con cuidado, p-por favor...


Jong In lo sujetó por las caderas y se dio tiempo para contemplar aquella hermosa espalda que tenía ante sí. La piel suave y delicada lo hizo sentir que estaba a punto de perder el control y dejarse llevar. Tuvo que respirar hondo antes de acomodarse detrás de Kyung Soo. Éste se sujeto a la mesa, esperando que nadie se diera cuenta de que aun estaba ahí, a solas con su profesor. Cuando sintió aquel roce que indicaba lo que era obvio, se mordió el labio.—Tranquilo, sólo déjate llevar... No te haré daño.Kyung Soo cerró los ojos y aunque de momento la sensación fue algo incómoda y un poco dolorosa, poco a poco se fue relajando y se dejó llevar por aquel vaivén lento, por esas acometidas que de momento se sentían extrañas pero que poco a poco, lo hicieron sentir distinto. Aun cuando el ritmo de los movimientos de Jong In aumentó en intensidad, Kyung Soo sólo se dejó llevar por la sensación de aquella piel cálida chocando contra la suya, se dejó llevar por el calor de aquella piel que lo estaba sometiendo y por la voz grave de su profesor.—¿Te gusta? Kyung Soo asintió.—Sí... mucho...

Jong In se pegó más y sus embestidas fueron aumentando. Se aferró con ansiedad a las caderas de Kyung Soo y sintió que ya no podía más. Se acercó más y con una mano, buscó debajo del vientre de Kyung Soo aquella parte que necesitaba ser atendida. El menor se estremeció cuando sintió el toque de aquella mano que subía y bajaba firmemente de su cuerpo y sin poderse contener, arqueó su espalda mientras sentía que se derramaba entre los dedos de su mentor. Aquel embistió unas cuantas veces más y al fin, jadeó complacido.Se apartó con delicadeza del suave cuerpo que acababa de ser poseído y volteó a Kyung Soo para besarlo lentamente. La saliva de ambos era tibia, dulce.—Tú sal primero. Si alguien te ve, diles que te mandé a mi auto por algunas cosas.Kyung Soo aun respiraba agitadamente. Jong In lo besó nuevamente y lo atrajo hacia su cuerpo, abrazándolo.—Ojalá pronto puedas venir a asesorías... Claro, si tú quieres.Kyung Soo no sabía qué decir y sólo comenzó a acomodarse la ropa. Cuando salió de aquel lugar, se dio cuenta de que su amigo le había marcado más de veinte veces."¿Dónde estás?", leyó Kyung Soo en un mensaje de texto. Dudó en responderle, pero prefería guardarse ese pequeño secreto por el momento.











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