Twenty-Six.

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Llegamos a una casa, el hombre abrió la puerta de ésta y me invitó a entrar.

Resultaba que aquella era su casa.

Me invitó un café y a pesar de lo mucho que me gustaba, lo rechacé.

—¿Y bien?—Pregunté desesperado.

—En unos 15 minutos un amigo mío nos llevará hacia allá en su auto.

—Ah...¿Qué pasará al llegar?

—Ellos son traficantes de drogas, fingiremos que vamos a comprar drogas y así lograremos entrar.

Sonó un claxon fuera de la casa.

—Vamos, sígueme.

Lo seguí hasta fuera de la casa, nos subimos al auto y saludé al amigo del señor, quien por cierto se llamaba Claudio.

Emprendimos el viaje hacía aquellas casas que se veían tan lejanas.

Tengo miedo, miedo de las muchas cosas que podían pasar: que estuvieras en mal estado, que no estuvieras ahí, que estuvieras muerta y miles de cosas más. Realmente soy pesimista.

Como sea, Alyah, espero que estés bien.

Sé fuerte, yo haré lo que sea, realmente lo que sea, por encontrarte.

Yo voy a encontrarte.

La Chica Del Gorro Color RojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora