Carta.

32 6 10
                                    

El amor siempre lo han descrito como algo hermoso y el mejor sentimiento que alguien puede descubrir al tener lo más deseado cerca tuyo. Pero así como hay lo puedes tener, hay personas que no sienten el mismo sentimiento como lo describen. Y en el momento exacto que perdí a la persona que amaba, mis sentimientos cambiaron de percepción al concepto.

Mi vida era miserable, me divertía de la manera más sádica posible para ignorar los problemas profundos que gané a los años, pero en ese preciso momento en que entré a trabajar en el restaurante, mis pensamientos se revolvían al pensar en una persona que conocí; y que a la vez me hacía daño de lo más profundo. La ayuda que te brindaba lo tomé como pasatiempo para estar cerca tuyo, cosa que no tomé muy en cuenta al pensar en el futuro que pasaría.

La primera vez que llegué te vi y, rápidamente me pareciste muy guapo. También supe que estabas enamorado de ella, eras súper predecible pero te molesto que lo dijera y aparte hizo que pensarás mal de mí, que pena.

Cuatro años pasamos juntos dentro de la misma cocina, viendo cómo se unían y dejaban el trabajo alrededor de esos años. ¿Lo recuerdas?, Siempre les decías que ignoraran todo lo que saldría de mí y que sólo se concentraran en su trabajo; con ella no hubo excepción, sabías que le hablaría de ti si me le acercaba y no te causaba ninguna gracia, lo sé, si tu cara pudiera matar ya estuviera muerto desde ese instante.

Sabía tus facciones, cuando cocinabas, hablabas con ella, la escuchabas, cuando me escuchabas, me veías o la veías, siempre tuve celos de como eras con ella. Te relajabas aún cuando solo te describía las comidas y lo que hacía cada día la gerente. Odiabas a la gerente, pero te comportabas lindo con ella; mi envidia de todos los días. Sabía de tu problema de tabaco, siempre la cocina olía a cigarrillo y aunque al principio molestaba un poco mi respiración, me acostumbré a que era como un olor natural en ti que terminó gustándome con el tiempo.

Lo recuerdo todo, la llegada de Taneshima y tú otro blanco para desquitarte por la relación de ella y la gerente; de Inami y su problema con los hombres, que al acercarme para saber sobre ella me lanzó tremendo puñetazo que te pareció divertido; no fue risa, pero con eso pude ver que al sonreír te veías más guapo. Quería repetir aquello, pero el dolor era demasiado. Llegué a la conclusión que no valdría la pena gastarme la cara para aquello.

Los días de descanso eran los peores, No te veía por un día entero. Y aunque tú no me extrañarás, yo lo hacía, ansiando la hora para volver al trabajo. Aún duele, pero no lo sabes.

Te vas a casar ¿No es grandioso? Es el mejor momento de la vida de alguien, saber que tendrás a alguien a su lado por mucho tiempo; dónde juntos pueden formar una linda familia sin necesidad de problemas. Porque cuando te enteraste de lo mío me lo hiciste saber, el claro rechazo que recibí por tu parte sin un poco de corazón. Sé que no sientes nada por mí, elegiste a una persona y no la cambiarás por nada. Lo entiendo, me rompiste el corazón con palabras. Gracias.

Te deseo una gran noche de bodas, sé que te verás súper guapo en traje. Lamentablemente no fuí invitado por lo reciente, pero escribo mis últimas palabras para que después me olvides. Sean felices juntos, cuídense. Una boca lástima lo más preciado.

Felicidades.

Souma Hiroomi.

°

Firmé y doblé la carta, la puse en el sobre y escribí la dirección del su departamento. Me limpié la pequeña lágrima que salió entre las últimas palabras. Pensar y escribir lo que pasó hace días me seguía doliendo, sé que no era su culpa. Yamada no fue muy discreta al estar hablando de lo que se había enterado.

Aún pienso en tí | Drabbles [Satosoma]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora