Todo iba normal en la reunión de las naciones unidas, o bueno, dentro de lo que cabe. Inglaterra y Francia peleando como siempre y causando conflicto, Estados Unidos alegando lo genial que es como héroe, Alemania llamándoles en vano la atención para tratar de seguir la reunión según lo estipulado, lo típico de cada reunión, salvo porque cierto español estaba más callado que de costumbre, ni siquiera estaba prestando atención al alboroto armado, es más, ni pronunciaba una sola palabra, solo tenía la vista perdida, mirando hacia una ventana con cara de aburrimiento.
-Oye tarado ¿Qué te ocurre? No has dicho ni una sola palabra desde que llegamos- Romano le preguntó algo fastidiado, pues el mayor siempre suele ser alguien bastante vivo, o en su defecto, al menos intentaría parar todo el desorden. España por su lado, parecía que lo estaba ignorando, lo que impacientó más al italiano.
-¡Te estoy hablando, no me ignores!
-¿Eh? ¿Dijiste algo, Romano?- Escuchar aquella frase le provocó un tic en el ojo.
-¡Ah, es el colmo! estás así desde la semana pasada, no pones atención en las reuniones, solo estás ahí sentado mirando a la nada sin decir una palabra, pareciera que te succionaron esa parte tan insoportable tuya ¿Qué es lo que te ocurre?
Estaba tan sumido en sus regaños al español que no se dio cuenta que algunas de las naciones los estaban viendo.
-Ah, si, lo siento- España, rió levemente, apenado por la situación- Será mejor que me vaya. Con permiso- Como si nada de esa mini discusión hubiera ocurrido, el castaño se levantó de su sitio y abandonó tranquilamente el lugar de reunión.
-¡Oye, no me dejes hablando así como estúpido! Vuelve aquí o juro que te voy a...
-Hermano, hermano, hermano...
Veneciano interrumpió a su hermano mayor tocando insistentemente su hombro.
-¿Qué rayos quieres?- la forma en que regresó a verlo provocó un ligero escalofrío en el otro italiano.
-E-España está así porque ya estamos en Septiembre- le aclaró el asunto.
-Cierto, que torpe por parte mía ¿Cómo pude olvidar eso?
Se llevó una mano a la barbilla de forma pensante mientras regresaba a su asiento.
-¿Qué tiene que ver Septiembre con la actitud de España?- Alfred se entrometió en la charla de los hermanos.
Lovino terminó por darle un golpe en la cabeza al rubio.
-¡Tarado! Todo mundo sabe lo que ocurrió ¿Acaso México nunca te contó de lo sucedido en 1810?
-Eh...
Mientras tanto en la mente de Estados Unidos
-Por eso es que Antonio y yo nos distanciamos bastante... Oye gringo ¿Me estás escuchando?- Preguntó la mexicana cruzándose de brazos.
-¡Oh pero claro! hablábamos sobre lo grandioso que es tenerme a mi como amigo ¿No?- volteó a verla después de haberse entretenido tanto con uno de sus cómics de super héroes.
-...
La chica terminó por darse una palmada en la frente.
De vuelta a la realidad.
-Eh... pff, claro que no. Ella siempre fue muy reservada con esas historias- mintió obviamente, disimulando su nerviosismo con una risa.
-¿No le prestaste atención cuando te lo contó, verdad?- dijo Romano, cuando todos salieron de la reunión.
-No. esa no fue una actitud digna de un héroe...- dijo bajando la mirada, decepcionado de si mismo.
-¿Entonces quieres que te contemos la historia?- preguntó el menor de los hermanos Italia.
-¡Si!
Fue entonces que el americano cargó a ambos castaños como costales de papa y los llevó hasta unos jardines donde colocó algunos troncos a modo de asiento y una fogata en medio.
-Oye pero si todavía es de día- reclamó romano mirándolo con extrañeza.
-Shh, no interrumpas.
Lo calló el rubio, sentándose en el tronco que estaba del otro lado de la fogata, abrazado de sus piernas como un niño pequeño.
-Ve~ creo que empezaré yo...- dijo felizmente Feliciano.
-Todo comenzó una tarde del 12 de Octubre del año 1492...
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Día de la independencia
Sonstiges¿Quién diría que después de aquella expedición, todo cambiaría en la vida de España? Nuevas tierras, nuevas aventuras, pero sobre todo ella, esa pequeña niña de piel morena y cabellos oscuros que con su ternura y entusiasmo logró hacerle ver más all...